La calvicie alcanza al 50% de los hombres
En el 95% de los casos se trata de una condición genética; algunos dicen que no les preocupa, pero otros prefieren tratarla
El día en que Enrique VIII redactó un edicto por el cual todos los hombres debían peinarse igual que él, ni los médicos de la corte sabían que la mitad de los súbditos varones de la corona no estaría en condiciones de hacerlo, al menos con su propio pelo.
Los egipcios ya habían fabricado las primeras pelucas, y Julio César se las había arreglado para ocultar su calvicie detrás de una corona de laureles, pero hubo que esperar hasta bien entrado el siglo XX para conocer una estadística, que hoy confirma la American Medical Association: el 50% de los hombres se verá afectado, en mayor o menor medida, por la alopecia androgenética, término científico que designa al tipo de pérdida de pelo que ocurre en el 95%de los casos de calvicie masculina.
Una rápida encuesta informal entre hombres de escasa melena arroja expresiones como éstas: "No me preocupa demasiado ser calvo. Antes sí, cuando era joven, pero ahora creo que es parte de mi personalidad", asegura Carlos, de 55 años. "Soy así. Qué voy a hacer -se resigna Juan, a los 52-. Pensándolo bien, lo único malo es que no salís tan elegante en las fotos."
De folículos y mujeres
Sin embargo, la despreocupación no concuerda con algunos datos empíricos. El estudio "Cash: los efectos psicológicos de la alopecia androgenética en hombres", publicado por el Journal of The American Academy of Dermatology, reveló que si bien los varones se las arreglan bien con su calvicie la mayoría considera que la pérdida de pelo es un hecho no deseado y angustiante.
"A los 18 estaba de novio. Ella me dijo: "Ojalá nunca seas pelado". Menos mal que se casó con otro, porque no sé qué hubiera hecho", afirma Miguel, de 45 años, con su cabeza tostada por el sol del fin de semana. Es de los pocos que confiesan cierta incomodidad y menciona al sexo opuesto. De hecho, parece que las opiniones femeninas cuentan: una encuesta realizada recientemente por una compañía farmacéutica, sobre 900 mujeres españolas y alemanas, indicó que sólo el 10% de ellas prefiere a los calvos. Claro que, cuando llega el momento de relacionarse, ellos dicen que no les va mal: "Si el príncipe de Mónaco es pelado, y le va bien, ¿por qué voy a preocuparme yo?", ironiza Martín, de 38 años.
Pero, más allá de las opiniones, la mayoría de las personas no sabe por qué se produce la alopecia androgenética: "Está relacionada con un problema de sensibilidad del folículo piloso a ciertas hormonas y tiene un condicionamiento genético", explica el doctor Edgardo Chouela, jefe del servicio de Dermatología del hospital Argerich y profesor de la UBA.
"El pelo es, simplemente, proteína -escribe con humor Vince Staten en Do bald men get half-price hair cuts? -. Uno podría decir: los porotos y la carne también son proteínas. Pero, ¿por qué no tenemos porotos o bifes floreciendo en nuestras cabezas? Porque el pelo es una proteína diferente, un tipo fibroso conocido como queratina. El pelo es proteína muerta."
Los seres humanos llevan alrededor de 150.000 cabellos en sus cabezas, que crecen unos 13 centímetros al año. Los pelos proceden de folículos pilosos, programados genéticamente.
"En condiciones normales, los pelos nacen de los folículos pilosos y tienen ciclos de crecimiento y de reposo, pero en los pacientes con alopecia androgenética el folículo piloso cada vez produce menos cantidad, va perdiendo la capacidad de formar un pelo largo, grueso, pigmentado. Por eso, la mayor parte de la gente con alopecia androgenética comienza a decir que tiene pelo más débil, más finito, con menos color", afirma el doctor Fernando Stengel, jefe del servicio de Dermatología del Cemic y miembro del International Hair Study Institute.
El retroceso de la línea del cabello o la pérdida de éste en la parte superior de la cabeza son las principales características de la alopecia androgenética. Una hormona llamada dihidrotestosterona (DHT), regulada por la enzima 5 alfa-reductasa, interviene en este proceso: está comprobado que la mayoría de los calvos por esta causa presenta altos niveles de DHT en el cuero cabelludo.
La importancia del pelo
Aunque todavía quedan dudas acerca del origen definitivo de este tipo de calvicie -que en la mujeres también puede ocurrir, pero en pocos casos-, existen opciones terapéuticas para atacar el problema.
"En primer lugar, es necesario realizar un diagnóstico correcto, con la intervención de un profesional, ya que hay pérdidas de pelo que tienen diferentes causas. Las opciones científicamente probadas incluyen el tratamiento con medicamentos o lociones (que son prolongados y requieren constancia) y los microtrasplantes. Algunos optan por usar pelucas. Hay que destacar que no existen estudios que demuestren la efectividad de otros métodos, como el masaje capilar. Por último, y esto es importante respetarlo, está el grupo de hombres que no desea hacer nada."
Un grupo al que, seguramente, pertenece un escritor de 39 años que prefiere no revelar su nombre y que recuerda a Eduardo Galeano: "Si el pelo fuera tan importante, crecería para adentro".
Los métodos científicamente probados
Propuestas: existe una infinidad de propuestas terapéuticas (además de las pelucas) para quienes desean enfrentar la alopecia androgenética, pero son pocas las que están probadas científicamente.
Medicamentos: drogas de administración oral y lociones. Mejoran el reclutamiento del pelo y deben estar indicadas por un médico. El tratamiento requiere constancia.
Cirugía: la más difundida es el microtrasplante capilar (autotrasplante). Están desaconsejados los procedimientos con pelo artificial.
Futuro: habrá medicamentos con mayor actividad para actuar sobre los factores genéticos involucrados en este tipo de calvicie. Por ahora se encuentran en fase experimental.