La ciencia como forma de soberanía
Durante el Año Geofísico Internacional de 1957 se descubrieron los anillos de Van Allen, los "cinturones" de partículas radiactivas que envuelven la Tierra como enormes salvavidas y que son su mayor rasgo geográfico. También ese año se corroboró la hasta entonces discutida teoría de la deriva continental, además de la tectónica de placas.
Dicho de otro modo, en 1957 se entendió de golpe por qué las costas atlánticas de América del Sur y Africa encajan como partes de un rompecabezas, y de paso, se descubrió la causa común de los terremotos y el vulcanismo.
De un esfuerzo mucho mayor e incomparablemente más rico en instrumentos, como el Año Polar Internacional (API 2007), surgirán nuevos paradigmas, y tal vez nuevas armas de mitigación para enfrentar el cambio global.
En su participación en el API, la Argentina se juega otras bazas. Por una parte, tiene un siglo consecutivo de "hacer soberanía" a través de la ciencia sobre los territorios antárticos que reclama como propios (y que se superponen en forma múltiple con los reclamos de otros países).
Pero además, como suele decir el doctor Vicente Barros, climatólogo de la Universidad Nacional de Buenos Aires, la Argentina, con sus inundaciones cada vez peores y más frecuentes en sus zonas húmedas, y sus hielos andinos en rápida disminución, es un país particularmente afectado por el cambio global.
lanacionar