La sonda Phoenix realizó ayer un descenso impecable en Marte
Después de cinco años de ensayos, la sonda Phoenix, de la NASA, se lanzó ayer a la noche hacia su cita con Marte, mientras la fuerza de gravedad del planeta rojo la atraía hacia su superficie y la astmósfera la sometía a una elevadísima fricción.
Fue un final "a toda orquesta", marcado por las exclamaciones de entusiasmo de los científicos que seguían segundo a segundo el complejo descenso. "Phoenix amartizó. Phoenix amartizó", anunció una voz en el Centro de Control de la NASA.
"Ni en mis sueños más desatados podría haber previsto un descenso tan impecable. Estoy en shock -dijo Barry Goldstein, director del proyecto Phoenix, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California-. Tuvimos el mejor equipo, no podría estar más orgulloso."
"Amartizar es el más exigente desafío que se pueda enfrentar en el espacio", agregó. La historia de los éxitos y fracasos de los viajes a Marte indican que se cuenta con menos de un 50% de posibilidades de éxito.
"Marte literalmente tiró de nuestra nave y al mismo tiempo aceleró nuestras emociones -dijo Peter Smith, investigador principal de la misión, de la Universidad de Arizona en Tucson-. Estamos entusiasmados de estar muy cerca de comenzar nuestro estudio en el que tendremos hielo marciano a nuestro alcance después de muchos años de preparación."
El sábado a la noche y el domingo a la mañana los controladores de misión decidieron pasar por alto las últimas dos oportunidades que tenían de ajustar la trayectoria de la nave. "Nuestro curso está tan bien que no fue necesario hacer ajustes", dijo Goldstein.
El tramo más peligroso de toda la misión fue llegar de la parte superior de la atmósfera al sitio de aterrizaje. Internacionalmente, sólo cinco de once intentos de colocar una nave en Marte habían tenido éxito. La NASA suspendió sus trabajos en esta exploración durante unos dos años después de que la cápsula Mars Polar Lander se perdiera, en diciembre de 1999, en algún sitio cercano al polo sur marciano.
Siete minutos antes de posarse sobre la superficie marciana, la nave Phoenix tocó la atmósfera del planeta, donde la fricción comenzó a frenarla lentamente. Durante el descenso, un escudo absorbió buena parte del calor, generando en ese proceso energía suficiente para iluminar una ciudad.
Cuando alcanzó una velocidad de unos 1800 kilómetros por hora, lo que en la atmósfera de Marte es cerca de 1,5 veces la velocidad del sonido, el paracaídas se abrió. La nave se deshizo del escudo de calor, sus tres patas se desplegaron y abrieron para posarse en la superficie y el casco de la nave se desprendió. Finalmente, 12 pequeños cohetes propulsores se encendieron para que se desplazara a unos ocho kilómetros por hora y la guiaron hasta la superficie.
Si Phoenix encontraba problemas, los controladores de vuelo, a millones de kilómetros de distancia, no podían hacer nada. Las señales de radio que viajan a la velocidad de la luz toman 15 minutos para llegar a la Tierra. "No hay una segunda oportunidad", dijo Smith.
Un desierto helado
La misión Phoenix es un consorcio en el que intervienen también la Agencia Espacial Canadiense, la Universidad de Neuchatel, Suiza, las universidades de Copenhagen y Aarhus, en Dinamarca; el Instituto Max Planck, Alemania y el Instituto Meteorológico de Finlandia.
Marte es un planeta frío y desértico sin agua líquida superficial. Pero el hielo acecha justo debajo del ártico marciano. Descubrimientos realizados por el Mars Odyssey Orbiter en 2002 muestran grandes cantidades de hielo debajo de la superficie de la planicie del ártico, en el hemisferio norte. La sonda Phoenix tiene como objetivo esta región circumpolar y utilizará un brazo robótico para excavar a través de la capa superior de tierra y llegar al hielo. Tomará muestras y las analizará en su plataforma equipada para realizar complejos análisis químicos.
Los instrumentos científicos de la nave Phoenix podrán descubrir claves de la historia geológica de Marte y la posibilidad de que exista vida. Recogerá y examinará muestras de hielo y rocas en busca de huellas de formas microscópicas de vida.
Será la primera misión que obtendrá datos de ambas regiones polares y permitirá alcanzar las cuatro metas del programa de la NASA para el planeta rojo: determinar si alguna vez hubo agua en Marte; caracterizar el clima; caracterizar la geología, y preparar el camino para la exploración humana.
Phoenix también permitirá que los científicos tengan más información sobre la existencia de agua en Marte. Los expertos de la NASA creen que el agua que hubo en Marte se hundió bajo la superficie, donde ahora existe en la forma de cristales helados.
Marte, de un vistazo
- Marte es uno de los cinco planetas conocidos por los antiguos. Era el dios romano de la guerra y la agricultura.
- Es el tercero entre los objetos más brillantes del cielo nocturno, después de la Luna y Venus.
- Su masa es un décimo de la de la Tierra; la gravedad es el 38% de la de nuestro planeta.
- Su distancia del sol varía entre un mínimo de 206,7 millones de kilómetros y un máximo de 249,2 kilómetros.
- Da una vuelta alrededor del sol cada 687 días. El día marciano dura 24 horas, 39 minutos, 35 segundos.
- El promedio de temperatura en su superficie alcanza los -53 grados Celsius. Va de -128 grados, durante la noche en los polos, y 27 grados Celsius, al mediodía en el Ecuador.