Lanzaron con éxito el SAC-C
CORDOBA.- "¡Lo tenemos!", exclamó uno de los doce técnicos que monitoreaban la puesta en marcha del satélite desde la sala de ingeniería del Centro Espacial Teófilo Tabanera, ubicado a pocos kilómetros de esta capital. Eran las 17.4 de ayer y en las pantallas de la estación terrena aparecieron las señales iniciales emitidas por elSAC-C, el primer satélite argentino dedicado a la observación de la Tierra y sus ecosistemas,un instrumento estratégico del Plan Espacial Nacional.
Diseñado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y construido por la empresa estatal Invap (con sede en Bariloche), el SAC-C fue lanzado en las instalaciones de la base aérea Vandenberg, en California, en el marco de un proyecto de cooperación entre la Argentina y Estados Unidos (NASA).
Después de las tres postergaciones que sufrió el lanzamiento, ayer los ingenieros, técnicos y científicos de la Conae y el Invap abandonaron por primera vez en mucho tiempo sus hojas de cálculo y se dieron el gusto de festejar, felices y aliviados, el ingreso de la Argentina a la constelación internacional de observación de la Tierra, integrada por los satélites más modernos de la NASA: el Landsat 7, el Terra y el EO1, también lanzado ayer.
La euforia no era para menos. El SAC-C estaba en órbita, encendido y emitiendo sus primeras señales. El operativo fue calificado por los técnicos como "perfecto". El director de la misión SAC-C, Carlos Alonso, dijo que "todo fue de libro, de manual; igual o mejor que en las previsiones ideales".
El primer paso clave, y sin duda el más espectacular, fue el lanzamiento, desde Vandenberg, del cohete Delta II que transportó al SAC-C y al EO1 al espacio. La base espacial de la NASA y el centro Teófilo Tabanera estuvieron conectados en directo desde muy temprano y eso permitió ver desde aquí todas las instancias previas al despegue, a través de una pantalla gigante.
A medida que transcurrían los minutos, la tensión crecía. Los técnicos, científicos y periodistas miraban alternativamente las dos pantallas gigantes.
Esto recién comienza
"Está todo perfecto, el clima está bien, todo en orden", dijo el titular de la Conae, Conrado Varotto, desde Vandenberg. De pronto, a las 15.24, la nube de humo invadió la pantalla y el cohete comenzó su vuelo ascendente, a toda velocidad, rumbo a la órbita que le permitirá observar el planeta durante cuatro años.
El público estalló en aplausos. Los más exaltados fueron los alumnos de una escuela rural de la zona, especialmente invitados al evento. Todavía faltaban dos momentos decisivos: la separación del satélite del Delta II, y el encendido del transmisor.
"Esta primera etapa está cumplida -dijo Fernando Raúl Colomb, director científico de la misión, con lágrimas en los ojos-. Me emocioné. Es un parto, realmente". El gerente del Invap, Héctor Otheguy, coincidió: "Es difícil traducir esto en palabras".
Pero la alegría más profunda se vivió 90 minutos después del despegue. A las 17.4, las primeras señales aparecieron en las pantallas cordobesas y, en pocos segundos, los técnicos evaluaran la salud del satélite, a través de unas 2000 variables que dan cuenta de su funcionamiento. A esa hora el SAC-C estaba sobre la estación Poker Flats (ubicada en Alaska), una de las antenas que le servirán a la Teófilo Tabanera para monitorear su trabajo.
"Esto recién comienza. Nos queda un largo trabajo por delante. En la primera semana seguiremos su navegación y funcionamiento. Y durante el primer mes comenzaremos a encender los nueve instrumentos que lleva el satélite para obtener información de distinto tipo", indicó Alonso, todavía prudente, pero visiblemente satisfecho.