La protección continúa al cabo de un año. Más pruebas de que la vacuna antigripal salva vidas luego del infarto
Nuevo estudio de la Fundación Favaloro
Nuevos datos confirman y extienden los positivos resultados de una investigación de cardiólogos argentinos: la vacuna antigripal, aplicada en pacientes agudos que habían sufrido un infarto o estaban en situación coronaria crítica, reduce en un 50% la mortalidad al cabo de un año de seguimiento.
El estudio, conducido por el doctor Enrique Pablo Gurfinkel, jefe de la Unidad Coronaria de la Fundación Favaloro, aparece en la edición de este mes del European Heart Journal, órgano oficial de la Sociedad Europea del Corazón, y es una continuación de la investigación previa, que había aparecido en 2002 en "Circulation", revista de la Asociación Americana del Corazón, que señalaba un beneficio similar, pero evaluado a los seis meses de aplicada la vacunación.
Gurfinkel y su equipo trabajaron con 300 pacientes: 200 que habían sufrido infarto agudo de miocardio y 100 con indicación de angioplastia (procedimiento para desobstruir arterias). Se dividieron en dos grupos de 150; un grupo recibió la vacuna y el otro, no.
"Se reprodujeron los mismos resultados de hace seis meses; un 50% de reducción de la mortalidad -expresa el doctor Gurfinkel-. Y al ver que la curva se sigue diferenciando al año nos encontramos otra vez con resultados muy significativos."
"Se dio una misma y única dosis de vacuna a los asignados -añade el cardiólogo- y las diferencias se abrieron muy temprano en favor de los vacunados. Esto confirmaría que el beneficio de vacunar contra la gripe no es porque el virus de la influenza induzca muerte o aterosclerosis, sino porque la vacunación antigripal estimula las defensas y así evita que continúen las complicaciones ateroscleróticas."
Hasta ahora, la investigación del grupo de Gurfinkel se había limitado a la vacunación de pacientes agudos. Pero en breve publicará nuevos resultados en el Texas Heart Journal que demuestran que también en pacientes crónicos es beneficioso vacunar.
"Sugerimos a los del grupo control, que ya eran pacientes crónicos, que se vacunaran, y a los que se habían vacunado que no lo hicieran en el invierno de 2002 -explica-. Vimos que a los nuevos vacunados les fue mucho mejor que a los que no habían repetido la inmunización."
Gurfinkel añade que la vacuna antigripal debe repetirse todos los años y que el criterio con que se aplica depende de la política sanitaria de cada país, pero que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la inmunización de los mayores de 64 años, los menores de 2 años y de aquellos con alguna enfermedad de base: cardíaca, pulmonar, cirrosis, del sistema inmune, cáncer.
"Según las recomendaciones de la OMS, todo paciente cardíaco debería recibir la vacuna antigripal -dice Enrique Gurfinkel-, pero esto no ocurre, ya que en el mundo se vacuna a menos del 60% de la población a quien estaría indicado vacunar. Tampoco se inmuniza a los infartados o a quienes tienen una condición muy inestable."
Según Gurfinkel, los resultados obtenidos demuestran que la vacunación antigripal de pacientes coronarios agudos reduce el riesgo más grave: la mortalidad. "La idea es usar un recurso económico -ya que la vacuna cuesta cinco o seis dólares-, que permita sortear un período con alta chance de mortalidad y luego evaluar estrategias de prevención secundaria."
El médico añade que en los síndromes coronarios agudos las drogas que suelen utilizarse (ver infografía) son costosas y evidencian sus beneficios recién al año y medio o dos de tratamiento, que es cuando comienza a separarse -a favor de los medicados- la curva de mortalidad. En cambio, señala el especialista, la vacuna antigripal muestra una reducción del 50% de la mortalidad ya a los seis meses de aplicada.
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