Nueva polémica por el trastorno de déficit de atención infantil
Esta semana, más de 150 especialistas argentinos en salud mental infantil difundieron una carta abierta al Ministerio de Salud y a la población general para advertir sobre "una multiplicidad de diagnósticos psicopatológicos y terapéuticos que simplifican las determinaciones de los trastornos infantiles y regresan a una concepción reduccionista" de los problemas psicopatológicos.
Los autores de la carta se refieren al llamado síndrome de déficit de atención (con y sin hiperactividad), que para los firmantes está siendo mal diagnosticado en el país. "El resultado es que los niños son medicados desde edades muy tempranas, con drogas que no curan y que en muchos casos disimulan síntomas graves, lo cual hace eclosión a posteriori o encubre deterioros que se profundizan durante la vida", puede leerse en la carta publicada anteayer en Página 12.
Este síndrome se define, según el manual diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-IV), por la coexistencia de hiperactividad, impulsividad y déficit de atención. "Esto es demasiado inespecífico; esos síntomas se presentan en muchos trastornos infantiles -dijo la doctora Mónica Oliver, secretaria del Comité de Salud Mental y Familiar de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y firmante de la carta-. La única posibilidad de llegar a un diagnóstico es con un psicodiagnóstico. Pero estamos viendo que estos chicos simplemente entran al consultorio y si cumplen con los criterios diagnósticos, salen medicados."
-¿Falla el pediatra, que no lo deriva al psicólogo?
-No. Muchas veces reciben a los chicos que ya llegan bajo tratamiento. Hoy, los padres se enteran de este trastorno por Internet o por el diario y llevan a su hijo directamente al neurólogo.
-Pero para que un chico sea atendido por un neurólogo, buena parte de las prepagas y las obras sociales exige la derivación del pediatra. Y en los hospitales pasa algo similar...
-Pero los padres que pueden pagar una consulta privada con un neurólogo, lo hacen.
En la carta en cuestión, se advierte que la medicación usada en el tratamiento de este déficit "no cura" y que "tiene efectos secundarios importantes". Vale aclarar que los antidepresivos tampoco curan, aunque reviertan los síntomas de la depresión. Lo mismo puede decirse del uso de insulina en diabetes y del de los antirretrovirales en HIV/sida.
-¿Qué puede decirse de la medicación usada en déficit de atención?
-Que tiene un 80% de eficacia. Es una de las terapias farmacológicas con más alta tasa de respuesta -afirmó el doctor Claudio Michanie, jefe de la Sección Niños y Adolescentes del Departamento de Psiquiatría del Cemic-. Todos los medicamentos tienen efectos secundarios y estos también, pero son seguros.
Impacto de la medicación
El efecto no deseable del metilfenidato, una de las drogas más utilizadas, es que su uso continuo durante 4 a 10 años puede retrasar el crecimiento. "Hay que tomar en cuenta el impacto del tratamiento, que se complementa muchas veces con psicoterapia porque estos niños tienen mayor riesgo de depresión y ansiedad -agregó-. El 60% de los chicos y adolescentes que no son tratados padecen este trastorno en la adultez. En el país hay entre 15.000 y 20.000 chicos en tratamiento. Si nos guiamos por la prevalencia local, que alcanza el 5%, debería medicarse a 500.000 chicos."
Además, dijo Michanie, "estudios a largo plazo muestran que los chicos no tratados, de grandes tienen mayor fracaso académico, problemas laborales, conductas de riesgo e incidencia de enfermedades de transmisión sexual y de adicción a las drogas."
Michanie, autor del único estudio epidemiológico local sobre este trastorno, concluyó: "Sabemos que tiene una raíz biológica y que afecta a alrededor del 5% de los chicos. No está sobrediagnosticado en el país, por el contrario: si se comparan las ventas de los laboratorios que fabrican los medicamentos con el porcentaje de chicos que se estima padecen la enfermedad, concluimos que sólo 1 de cada 30 que tendrían que recibir la medicación está bajo tratamiento".