Nuevos usos para las cámaras hiperbáricas. Oxigenoterapia, una alternativa terapéutica para diversos males
Se utiliza en medicina subacuática, pero permite tratar muchas otras afecciones
Poco difundida en nuestro país, la medicina hiperbárica se basa en un secreto que radica en esto: cuando se respira oxígeno al ciento por ciento en una atmósfera con presión dos o tres veces por encima de lo habitual, el oxígeno llega hasta los lugares más recónditos del organismo.
Así, respirando oxígeno puro a alta presión (la presión se mide en bares y de ahí el nombre de hiperbárica ), se consiguen niveles altísimos de oxigenación de los tejidos.
Si bien la medicina hiperbárica tiene una historia de casi tres siglos -se la comenzó a aplicar en Europa para tratar enfermedades como la tuberculosis y el cólera-, en realidad se impuso como terapia de elección para el tratamiento de los accidentes que pueden sufrir los buzos por efecto de la descompresión al emerger a la superficie, especialmente los buzos de profundidad, que realizan inmersiones por debajo de los 20 metros y durante más de 20 minutos.
Sin embargo, por su alta capacidad de oxigenación de los tejidos, la medicina hiperbárica también está indicada para tratar otras afecciones.
Cámara, oxígeno, presión
La medicina hiperbárica, u oxigenoterapia, no hace más que reproducir las condiciones en que se encuentra un buzo al sumergirse, cuando su cuerpo soporta toda la presión que ejerce el agua. Para recrear estas condiciones, pero en tierra, se necesita de un escenario especial: una cámara donde el paciente es introducido, acostado o sentado, para respirar oxígeno puro a alta presión. Los tiempos de exposición, los niveles de presión y la cantidad de sesiones varían de una persona a otra.
En el Departamento de Sanidad de la Prefectura Naval Argentina, a cargo del prefecto mayor Rubén Alfredo Pedretti, funcionan tres cámaras hiperbáricas para atender los eventuales accidentes de los 84 buzos de esa fuerza de seguridad. Dos son fijas; una, desarmable y portátil.
Pero el oficial principal Oscar Edmundo Serqueira, médico especialista en medicina subacuática e hiperbárica, explica que desde hace años los buzos no sufren accidentes.
"Así que la cámara está disponible para todo el personal y también para los miembros de la comunidad que tengan indicación de tratamiento, a requerimiento de médicos de hospitales públicos. Nuestra fuerza fue una de las precursoras en la utilización de la medicina hiperbárica en el país", dice.
Entre nosotros, sin embargo, existe una red nacional de Centros Hiperbáricos de la Argentina, donde figuran las instituciones que proveen el servicio ( www.pccp.com.ar ).
El subprefecto Rubén Almirón, buzo de la Prefectura Naval Argentina, explica que si luego de una misión experimentan dolor en el pecho, dificultad para respirar, mareos, hormigueos, temblores, convulsiones, dolor de oídos o de articulaciones, puede sospecharse de un accidente de buceo.
"La embolia, que supone la formación de una burbuja de aire-explica el doctor Serqueira-, es la manifestación más habitual de enfermedad descompresiva. Puede afectar a nivel articular o circulatorio y, en casos más graves, neurológico."
La cámara hiperbárica permite en estos casos que la burbuja se elimine o reduzca, y debe utilizarse de inmediato si hay accidentes de buceo.
Pero, a la hora de ayudar al tratamiento de otras afecciones, está indicada en intoxicaciones por monóxido de carbono (puede quitar este peligrosísimo gas de la sangre en 23 minutos y salvar a una persona de la muerte), intoxicación por cianuro y ácido cianídrico, gangrenas (los gérmenes que la producen son anaeróbicos y el oxígeno los aniquila), quemaduras, úlceras y heridas de difícil cicatrización, tales como las de los diabéticos; en pacientes politraumatizados (en especial cuando existe compromiso de irrigación y circulación) en osteorradionecrosis (que se produce como consecuencia de la radioterapia oncológica cuando los rayos dañan la zona periférica de la aplicación).
También puede utilizarse en síndromes hipóxicos agudos (como el accidente cerebrovascular isquémico), cistitis radiológica (producida por la aplicación de radioterapia en afecciones ginecológicas y prostáticas, cuando es dañado el tejido de la vejiga), osteomielitis (mejora las infecciones óseas que produce la enfermedad).
Existe una larga lista de indicaciones experimentales y poco utilizadas, donde figuran desde el cáncer de mama y ovario hasta la esclerosis múltiple y la sordera súbita. Pero Serqueira es claro a la hora de hablar de mitos. "La cámara hiperbárica no ayuda en casos de várices y tampoco disminuye las arrugas del rostro. Eso, es mentira."
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