Entrevista con el psiquiatra infantil Gilbert Kliman. Psicoterapia, pero en las aulas
El método Cornerstone propone centrar el tratamiento en el jardín de infantes
Autismo, déficit de atención, ansiedad extrema o estrés postraumático son trastornos cuya incidencia entre los niños se encuentra en franco crecimiento. "Estudios realizados en todo el mundo indican que en los últimos diez años ha aumentado la incidencia de estos desórdenes, que hoy afectan a entre el 2,5 y el 5% de los niños de 6 años", dijo a LA NACION el doctor Gilbert Kliman, del Centro de Salud Psicológica Infantil de San Francisco, Estados Unidos.
Este psicoanalista y psiquiatra infantil es el creador del método Cornerstone, que propone abordar la problemática de estos pacientes ya no en el consultorio del especialista, sino en el aula. Allí, un psicoterapeuta asiste en forma personalizada a los niños y funciona como un puente entre sus necesidades y las demandas de la maestra, lo que permite superar las limitaciones que les impone cada uno de los trastornos.
Desde hace unos meses, este innovador programa psicoterapéutico ha comenzado a ser desarrollado en la Argentina, en una experiencia coordinada por la psiquiatra y psicoanalista infanto-juvenil Alicia Mallo, y que cuenta con el apoyo de la Asociación Psicoanalítica Internacional y del Centro de Salud Psicológica Infantil de San Francisco.
¿A qué apunta este original método psicoterapéutico? El mismo doctor Kliman, actualmente de visita en Buenos Aires para supervisar el desarrollo de su método en la Argentina, explica sus objetivos y su dinámica.
"Numerosos estudios han demostrado que los desórdenes del espectro autista tienen una localización particular en el cerebro, y lo mismo se ha observado en los chicos con estrés postraumático -señaló Kliman-. Por eso, el tratamiento precoz debe apuntar a rehabilitar esas alteraciones."
-¿Qué posibilidades hay de rehabilitarlas?
-En los pacientes con trauma o con autismo, la combinación de educación con psicoterapia dentro del aula ha demostrado ser capaz de rehabilitar a chicos muy jóvenes. Sospechamos que esto se debe a que ciertas actividades interpersonales dentro de la educación y de la terapia tienen un efecto positivo en las sinapsis entre las neuronas de los chicos más jóvenes.
Ya a fines de los años setenta, comencé a observar que mis pacientes de 3 y 4 años tratados de esta forma se volvían más inteligentes. Primero pensé que eran mejorías clínicas, pero luego les pedí a mis colegas que evaluaran los cambios en sus coeficientes intelectuales, y pudimos ver que subían algunos puntos entre el comienzo y el final del tratamiento. Esto es algo que no se obtiene con las terapias habituales.
-¿Cómo se desarrolla la psicoterapia dentro del aula?
-En el aula, cada chico recibe una sesión de psicoterapia durante veinte minutos, en presencia de sus compañeros y la maestra. Primero, la maestra intercambia con el terapeuta una breve narración de la actividad del chico en el aula, mientras éste escucha y la ayuda a explicar lo que estuvo haciendo. A partir de eso, el terapeuta juega con el chico durante veinte minutos, y al final debe explicar a la maestra lo que hizo con la ayuda del chico. Entonces el chico piensa: "Soy una persona importante, pues todos mis pensamientos y mis pequeños juegos están representados en las palabras de las otras personas".
-¿Cuáles son los pacientes que responden mejor a esta forma de psicoterapia?
-Siempre que el chico tenga algún grado de desarrollo del lenguaje y un poco de habilidad para jugar se puede trabajar. Las mayores ganancias cognitivas ocurren en los chicos autistas o que tiene alguna historia de trauma moderado.
-¿Todos los chicos que participan de esta terapia tienen dificultades?
-No todos los chicos que participan de esta método educativo tienen algún desorden, pero sí la mayoría. Tratamos de que participen de esta actividad los hermanos de los chicos con problemas para que ocupen el rol de jugador experto, y lo hacemos por razones biológicas: el cerebro de los primates posee un grupo de neuronas llamadas reflejas, que son las que permiten que los primates aprendan al mirar a los otros.
La presencia de jugador experto nos ayuda a activar el juego y maximizar la comunicación entre los chicos. Es algo biológicamente natural y es más apropiado en términos evolucionarios para estos chicos. Y, por supuesto, eso es algo que se pierde en las terapias habituales, en las que la persona se enfrenta sola al terapeuta.
Primera experiencia local
Desde mayo, una de las aulas del jardín de infantes porteño Children´s School alberga a un pequeño grupo de chicos cuyas actividades no sólo son supervisadas por la maestra, sino también por una psicoterapeuta. Es la primera experiencia de una terapia Cornerstone en la Argentina, que ha sido desarrollada por el Centro Liberman (cornerstoneargentina@arnet.com.ar).
"Los niños son asistidos en grupos reducidos en el aula, donde se les ofrecen sesiones individuales y grupales -explica la coordinadora del programa, la doctora Alicia Mallo-. Cada niño recibe 20 minutos de psicoterapia individual de orientación psicoanalítica cuatro veces por semana, que incluye técnicas lúdicas y gráficas adaptadas a cada niño."
De esta intervención participan chicos de entre 3 y 6 años, pues se busca superar las dificultades que puedan impedir su ingreso en la escuela primaria . "Aunque recién tenemos pocos meses de trabajo con esta terapia, estamos contentos con los primeros resultados -comentó Mallo-. Chicos autistas que no fijaban la mirada y no intervenían con otros chicos, ahora lo están haciendo."