En Italia, a un hombre de 48 años. Realizan una operación extracorpórea en un paciente con cáncer
La técnica se denomina explantación
Una operación extracorpórea realizada por médicos italianos hace pocos días fue la primera que permitió extraer el hígado de un paciente con cáncer para someterlo a altas dosis de radioterapia con boro y luego reimplantarlo con éxito.
El revolucionario procedimiento concretado en el hospital San Mateo de Pavia, cerca de Milán, salvó la vida de un hombre de 48 años que tenía más de 14 tumores en el hígado. De otra manera, su enfermedad no habría tenido tratamiento posible, según informó el diario The Times.
Al extraer el hígado, los médicos usaron dosis más altas de radiación que las que habitualmente son seguras. Un año después de la operación, el paciente tiene una función hepática normal y no existen signos de que el cáncer haya retornado, afirmó el matutino inglés.
Tumores múltiples
El equipo médico está ahora planeando repetir la técnica, conocida como explantación, en otros seis pacientes con tumores múltiples de hígado.
Los especialistas suponen que la técnica podría ser utilizada para atacar tumores en cualquier órgano trasplantable, incluyendo los pulmones, riñones y páncreas, como se hizo con el hígado.
La técnica fue desarrollada por el doctor Aris Zonta, profesor de cirugía de la Universidad de Pavia, y por el doctor Tazio Pinelli, del Instituto Nacional de Física Nuclear italiano, para tratar pacientes con tipos de cáncer resistentes a la quimioterapia y difíciles de alcanzar con la radioterapia convencional.
El profesor Zonta y el doctor Pinelli decidieron explantar el órgano y tratarlo con una técnica llamada terapia de captura del boro por neutrones.
La revista Scientist informa que la técnica fue aplicada por primera vez en 1950. Utiliza átomos de boro unidos a un aminoácido, que son inyectados al paciente.
Luego, son atrapados por las células del cuerpo que tienen las más altas concentraciones y que terminan convirtiéndose en células cancerosas de crecimiento rápido.
Jugada valiente
De dos a cuatro horas después de la inyección, se envía al órgano un rayo neutrónico de baja energía al órgano en que se aloja el cáncer, que divide los átomos de boro en partículas de alta energía, las cuales matan el cáncer y causan poco daño al tejido que lo circunda, dijo el matutino.
A pesar de sus ventajas, la terapia ha demostrado ser difícil de aplicar sin riesgos dentro del cuerpo, ya que debe ser suministrada a todo el órgano y el rayo neutrónico es fácilmente bloqueado por obstrucciones tales como los huesos. También puede irradiarse a otros órganos, causando daños a tejidos sanos.
El profesor Zonta extrajo el órgano y lo colocó en una bolsa de teflón a través de la cual pudieron pasar los neutrones; luego, lo llevaron al laboratorio de Pinelli para irradiarlo.
Más tarde, los cirujanos lo volvieron a colocar en el cuerpo como en un implante normal, pero sin el riesgo de rechazo a tejidos extraños al cuerpo.
"Al explantar el órgano pudimos dar una dosis alta y uniforme a todo el hígado, lo que es imposible de realizar dentro del organismo sin alto riesgo", aseguró Pinelli a The Times.
La técnica está en una etapa de experimentación. Los expertos afirman que la explantación podría finalmente brindar una nueva dimensión a la terapia contra el cáncer.
Paul Busse, radiólogo de la Escuela Médica de Harvard, en Boston, declaró a The Times: "Fue una jugada valiente y ha convulsionado el interés de muchos en ese campo".
lanacionar