Lo consideran una herramienta ideal por su simplicidad. Un autotest permite saber si el asma está bien controlada
Según un reciente trabajo en 675 pacientes, es más sensible que la espirometría
Lejos del preconcepto que la pinta como una enfermedad contra la cual basta con emplear la resignación, el asma ostenta estadísticas poco tranquilizadoras: en la Argentina, la padecen 3.000.000 de personas, y es causa de entre 500 y 700 muertes anuales.
Sin embargo, alrededor del 70% de los afectados no se trata o no se trata bien, según surge de un trabajo de campo realizado recientemente por el Hospital de Clínicas y el Centro de Investigación de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias (Cidea) durante la última Semana del Asma. Otro estudio, el Airla, realizado en once mil pacientes de América latina, y publicado en la revista de la Organización Panamericana de la Salud, llega a la conclusión de que sólo el 2,4% de los pacientes logra el control de la enfermedad.
"No estamos brindando a nuestros enfermos una vida libre de síntomas. Por bajas expectativas de los médicos y de los pacientes, por falta de guías precisas y un objetivo común", afirma el profesor Ricardo Gené, jefe de Medicina Respiratoria del Hospital de Clínicas.
"Control no es igual a gravedad -explica el doctor Eduardo Giugno, del Hospital Cetrangolo-. Un error habitual es confundir asma bien controlada con asma leve y mal controlada, con grave. Puede haber asma grave y bien controlada, o asma leve mal controlada. Eso hace que muchas veces un paciente con asma leve termine en una sala de emergencia."
Para los especialistas, las guías con que se contaba hasta ahora -como las establecidas por la Iniciativa Global contra el Asma (GINA, según su sigla en inglés)- contenían apreciaciones muy vagas que no permitían definir con exactitud el grado de control de la enfermedad que ejercía cada paciente. Por eso, desde el año último, los médicos están empleando una nueva herramienta: una prueba autoadministrada, simple, práctica, significativa, aplicable por pacientes, médicos e investigadores, que refleja el control a largo plazo y responde a los cambios en el tratamiento.
Este autotest (ACT, según su sigla en inglés, por Asthma Control Test) consiste en cinco preguntas cuyas respuestas admiten diferentes puntajes. Puede administrarse desde los 12 años en adelante, y debe hacerse sin que el médico intervenga. El puntaje final reflejará el grado de control del cuadro clínico.
"Permite saber si el paciente está con el asma controlada, necesita una consulta o tiene que iniciar un tratamiento", explica la doctora Anahí Yáñez, directora de Cidea.
"El ACT puede demostrar la existencia de un control inadecuado de manera sencilla y rápida, lo que podría generar cambios en las conductas terapéuticas que incidan favorablemente en un mejor manejo de la enfermedad", explica Gené. En el reciente estudio del Clínicas, la prueba mostró que entre los que alcanzaban un puntaje alto sólo el 8% había tenido internaciones, pero entre los que alcanzaban puntajes bajos, ese número alcanzaba al 60 por ciento.
Aunque los médicos consideran que esta prueba es incluso más sensible que la espirometría, subrayan que sólo mide el control y no se utiliza para el diagnóstico: "Son complementarias", aclara el doctor Hugo Neffen, presidente de la Asociación Internacional de Asma. Y agrega: "El control sólo se logrará si existe una sociedad entre el médico y el paciente, que debe saber que el asma puede controlarse".
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