Un logro que la ciencia local podrá aprovechar
El genoma es ni más ni menos que una lista de instrucciones para producir proteínas a través de los genes. Ahora, los científicos cuentan con una serie de "palabras" y, de aquí en más, tendrán que traducirlas"; es decir, saber qué quieren decir, qué es lo que determinan.
A medida que se entiendan, no sólo podrán utilizarse para seleccionar diferentes rasgos, sino también, eventualmente, para modificarlos.
"Por ejemplo -ilustra Gonzalo Vidal, autor del reglamento de clonación que rige en el país-, podría diseñarse un organismo genéticamente modificado para que la leche contuviera más caseína. Sin embargo, todavía hay mucha reticencia. En la Argentina no se acepta, y otros países, como los europeos, aún no se expidieron. En todo caso, si los usos de este conocimiento están bien dirigidos, bienvenidos."
Por su parte, el ministro Barañao subraya que la comparación entre genomas permitirá comprender cómo funcionan para obtener distintas características.
"Está en marcha en un campo de Rafaela un proyecto dirigido por el doctor Mario Poli, que contribuyó a la identificación de muchos genes relacionados con la producción lechera, para establecer correlaciones entre características productivas de miles de vacas. Por su parte, la doctora Verónica Becher [investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA que lidera un proyecto para detectar elementos repetitivos en el genoma] ya está en España aplicando sus algoritmos computacionales al genoma bovino. Estamos bastante bien ubicados, en la cresta de la ola..."