Una mujer fue madre con tejido ovárico de su hermana gemela
A los 14 años, y por motivos que aún se desconocen, Stephanie Yarber, de Alabama, EE.UU., dejó de menstruar. Diez años después, quedó embarazada de su primera hija, que nació el lunes pasado. Y todo indica que irá por más.
El aparente milagro tiene explicación: Melanie, su hermana gemela (que tiene tres hijos) le donó parte de su tejido ovárico. Los médicos lo implantaron en el lugar donde naturalmente están los ovarios, que en el caso de Stephanie ya no producían óvulos, pese a su juventud. Seis meses después, en forma totalmente natural, quedó embarazada.
Se trata de la primera mujer en el mundo en tener un hijo luego del trasplante de tejido ovárico, pero de otra persona. Hasta ahora, el grupo del belga Jacques Donnez, de la Universidad de Lovaina, había ayudado a una mujer que sufrió linfoma a preservar su propio tejido ovárico antes de la quimioterapia. Luego, ya sana, el tejido le fue reimplantado y posibilitó el nacimiento de su hija, Tamara, en octubre de 2004.
Ahora, el procedimiento del doctor Sherman J. Silbert, del hospital St. Luke de St. Louis, que aparecerá en la edición del 7 de julio del New England Journal of Medicine (NEJM) -pero que ya puede verse en su sitio electrónico desde ayer- abriría las puertas hacia nuevas formas de acceder a la maternidad.
"Desde el punto de vista biológico confirma la supervivencia del tejido ovárico, la capacidad del óvulo para volver a madurar y hacer su ciclo vital -dijo el doctor Ramiro Quintana, director médico del Instituto de Fertilidad (Ifer)-. Pero en este caso, por tratarse de gemelas idénticas, no hubo rechazo inmunológico. Por eso este resultado no debe hacernos pensar que cualquier mujer puede recibir tejido ovárico de otra y quedar embarazada. Por ahora, en estos casos es posible la donación de óvulos (u ovodonación), que tienen una tasa altísima de embarazos y que al ser de donantes no relacionadas evita el problema ético de conocer la identidad de quien ofrece su óvulo."
Antes del procedimiento, Melanie había donado óvulos a Stephanie, que, fecundados in vitro con espermatozoides del marido de la ahora flamante mamá, prosperaron a embriones y fueron implantados en el útero, pero sin éxito.
"El caso no deja dudas sobre la capacidad biológica del tejido ovárico trasplantado -indicó el doctor Gabriel Fiszbajn, director asociado del Centro de Ginecología y Reproducción (Cegyr)-. Es muy interesante para las pacientes que deben someterse a quimioterapia. En el caso belga, como también la paciente había conservado un ovario propio, no había quedado claro si la fertilidad recuperada era a cuenta de su ovario remanente o del tejido vuelto a trasplantar. Pero este caso, en el que no había óvulos propios, demuestra que el trasplante prendió y generó nueva ovulación."
Los doctores Silber y Roger Gordon, de la Universidad Cornell -que colaboró con la investigación- descubrieron que los casos de infertilidad son cinco veces más comunes entre gemelas idénticas, aunque no saben por qué.
"La Asociación Norteamericana de Fertilidad alienta la conservación de tejido ovárico con el fin de preservar la fertilidad en casos de tratamiento oncológico -agregó el doctor Quintana-. No ocurre igual con el congelamiento de óvulos, ya que pese a los años que llevan los protocolos sobre el tema los nacimientos no fueron reproducibles por la mayoría de los centros."
Para Fiszbajn, es lejano pensar que congelar tejido ovárico sea algo "de rutina" para mujeres que deseen posponer su maternidad. "Es un caso aislado, el primero -dijo-. Habrá que perfeccionar la técnica y, si aparecieran drogas que minimizaran el rechazo, sería una alternativa a la donación de óvulos, que permite la maternidad, pero no por vía totalmente natural, sino a través de fertilización in vitro (FIV)."