Una planta con altos niveles de seguridad
Aunque las aplicaciones de la tecnología nuclear evocan todo tipo de fantasmas, lo cierto es que la actividad se desenvuelve en medio de los más altos standards de seguridad que se conozcan en el ámbito industrial.
"En todo el mundo, la industria nuclear tiene los mismos niveles de seguridad que la NASA –dice Daniel Cestau–. La tasa de accidentes es equivalente a la que se registra en la actividad espacial."
Según explica Juan Carlos Furnari, dos tercios de la inversión de cualquier proyecto se destinan a este rubro. "Se monitorean todo tipo de parámetros y se toman muestras varias veces por semana", afirma Cestau.
Para estar habilitado a trabajar en una planta como la que produce radioisótopos en el Centro Atómico Ezeiza, los ingenieros y técnicos deben entrenarse durante dos años, aprobar exámenes y obtener una certificación especial. "Aunque el permiso final lo otorgan los propios compañeros", bromea.
En este tipo de unidades de producción existe una figura que no contempla ninguna otra actividad: la del oficial de seguridad. "Por cada operador, hay una persona cuya tarea consiste en controlar que el que está trabajando haga las cosas bien –dice Carlos Torres, oficial de radioprotección del RA-3–. Y por encima de éste hay otro que controla al oficial de seguridad." Y agrega Furnari: "Ojalá una centésima parte de las reglas que se aplican en esta industria se verificaran en otras."