Falta de una acción integral
El saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo constituye uno de los principales desafíos en materia de gestión ambiental en la Argentina. Se trata del curso hídrico más degradado del país y donde conviven más de 3 millones de personas, que durante décadas han soportado las consecuencias de la contaminación.
La intervención de la Corte Suprema de Justicia de la Nación –que en un fallo histórico condenó al Estado nacional, a la ciudad de Buenos Aires y a la provincia de Buenos Aires a sanear el Riachuelo– logró romper la inercia de decadencia y desamparo en que se encontraba esta zona neurálgica del Área Metropolitana de Buenos Aires.
A partir de la sentencia de la Corte se pusieron en marcha, por primera vez, algunas acciones y programas de gobierno tendientes a revertir el escenario de conflictividad, vulneración de derechos y población en riesgo que caracterizan a esta región.
Lógicamente lo realizado todavía es poco en relación a todo lo que queda por hacer, más aún en una cuenca tan compleja porque atraviesa 14 municipios.
Por ello existe un conjunto de temas que son de fundamental importancia y que todavía continúan pendientes, entre los que se destacan:
- Implementación de las obras de infraestructura que impidan el libre vertido de líquidos cloacales en el Riachuelo, cuestión que cuenta ya con el financiamiento del Banco Mundial por 840 millones de dólares.
- Acelerar y mejorar las acciones de relocalización de la población en las márgenes del río.
- Establecer un nuevo sistema que permita el control de los vertidos de líquidos industriales, para lo cual se debe modificar de manera urgente y prioritaria la legislación de vertidos, que es sumamente permisiva.
- Implementar una política integral para la gestión de residuos en toda la cuenca.
- Elaborar un plan de reurbanización de villas y asentamientos.
- Garantizar de manera urgente el acceso a agua segura a la población que se encuentra en situación de riesgo.
- Elaborar un estudio integral de riesgo para el Polo Petroquímico de Dock Sud.
La tarea de sanear una cuenca tan compleja demanda una acción integral que apunte a mejorar la calidad de vida de las personas que padecen las consecuencias de la contaminación.
Andrés Napoli