"Fue una experiencia única"
Trabajo en la empresa Atento Argentina del Grupo Telefónica desde hace 15 años, donde desarrollo tareas en el área de operaciones, así mismo colaboro hace diez años del programa de Voluntarios Telefónica y desde 2006 coordino el grupo de voluntarios en mi ciudad, Mar del Plata.
Hacía tiempo que tenía ganas de participar del programa Vacaciones Solidarias, que consiste en donar tus vacaciones para realizar trabajo social referente a la erradicación del trabajo infantil en algún país de América latina y en donde la empresa paga los gastos de ese viaje. Las responsabilidades y el hecho de quitarles tiempo a mis dos hijos (tengo un varón de 4 y una nena de 10) siempre me hicieron dudar de tomar la decisión de inscribirme en el programa que se informa a través de diversos medios internos a todos los voluntarios de la Fundación Telefónica.
Siempre me intereso el voluntariado de la empresa, como trabajador y como ciudadano comprometido con mi país, y en este caso, nuestro lugar de trabajo nos brinda las herramientas y posibilidades para realizar proyectos sociales, por eso somos primero trabajadores y luego voluntarios, y porque necesitamos más que un granito de arena, "necesitamos ladrillos" y la manera de comprometerme era ir un paso más allá.
Luego de la inscripción, cada anotado fue evaluado por medio de una ficha de varias hojas y salí seleccionado para viajar 15 días a San Juan de Pasto al sur de Colombia, en el mes de julio de este año.
En la ciudad de Pasto, la exposición visual del trabajo infantil se da en todos los ámbitos y tipologías, trabajo callejero, en mercados, puestos y también en el rubro de servicios. Nuestra tarea fue armar en una escuela un laboratorio de aprendizaje cognitivo -ludoteca- para niños que habían trabajado o que estaban saliendo de esa problemática, y muchos de ellos tenían retraso y deficiencias en aspectos educativos. Fue una experiencia única donde junto con otros siete voluntarios de España, Alemania, Guatemala, Escocia, Irlanda tuvimos que pintar, armar el lugar, estanterías, catalogar y hasta jugar con los niños con diferentes herramientas elegidas específicamente para ello.
Me sorprendió el avance de niños que, sin dudas, tenían algún tipo de retraso o complejidad a la hora de aprender, pero que al segundo día de interactuar en la ludoteca ya tenían progresos. Es muy interesante el gran avance en toda Colombia en la formación de psicólogos comunitarios que han tenido una implicancia muy importante en toda la problemática de los desplazados a causa de los territorios tomados por los narcotraficantes, así como en la contención de situaciones de violencia, pobreza y trabajo infantil.
Poder juntar en un viaje el trabajo en equipo, la ternura, la solidaridad, la conciencia ciudadana, y la posibilidad concreta de ayudar a alguien -aunque esté en otro país- son un combo que cualquier persona interesada en crecer interiormente no debería perderse.
Jerónimo Boragina