El 16 de diciembre último se aprobó la ley 1660 de Donación de Alimentos, Donal, conocida como ley del buen samaritano, nombre que recibe en el exterior, por hacer referencia a personas que actúan de buena fe cuando dan alimentos.
El proyecto, presentado por el diputado José Luis Fernández Valoni, se unifica con el de María Laura Leguizamón y exime de cualquier tipo de responsabilidad a los que acreditan haber donado alimento en perfecto estado, cumpliendo con las pautas fijadas por la legislación nacional, provincial o municipal para ser consumidos.
Se podrán donar productos que cumplan con las exigencias bromatológicas y de inocuidad contenidos en el Código Alimentario Argentino. Con este marco legal, se incrementarán las donaciones que realizan las empresas a los bancos de alimentos, y a otras organizaciones del país, que entregan los productos a comedores, entidades e instituciones.
El primer banco nacional fue creado en Buenos Aires en 2001 por la Fundación Banco de Alimentos. El modelo se replica en Mendoza, Córdoba, Corrientes --Goya y Virasoso--, La Plata, Salta, Tandil, Tucumán y Santa Fe. El sistema ofrece un servicio a las compañías alimentarias.
Además, el banco funciona como puente entre empresas y entidades distribuidoras, clasifica la mercadería y la hace llegar a los comedores, hogares, escuelas y demás instituciones que lo necesiten y tengan personería jurídica.
