Radiografía de la participación juvenil
La participación juvenil es un tema presente tanto en el ámbito de los investigadores sociales, como en el debate público, mediático y político. Los jóvenes cuentan con un enorme potencial creativo y transformador que los hace actores fundamentales en la construcción de nuestra sociedad. Sus posicionamientos frente al presente y expectativas para el futuro cristalizan lo que somos y lo que podemos ser como ciudadanos argentinos.
Una juventud activa también es importante para alcanzar niveles adecuados de responsabilidad ciudadana que le den sustento a las políticas públicas y calidad institucional al sistema democrático. Por otro lado, conocer los niveles de participación de los jóvenes, saber si hoy ocupan -o no- posiciones de liderazgo y entender sus motivaciones y modos de ejercerlo, es esencial para comprender qué cambios positivos están llevando adelante en sus barrios, organizaciones y comunidades.
En este sentido, se hace necesario reflexionar, complejizar y problematizar la participación juvenil. Conocer qué piensan los jóvenes sobre sí mismos y sobre sus prácticas, qué cosas quieren cambiar, cómo y a través de qué tipo de acciones.
Según datos obtenidos en el marco de la investigación "Jóvenes de Perfil y de Frente" -realizada por La Flecha en 2010, sobre una muestra de 1.200 estudiantes de la Universidad de Buenos Aires- un 95% de los encuestados opina que los jóvenes deberían participar de iniciativas sociales, políticas y comunitarias, y que es positivo hacerlo. Pero sólo un 16% de ellos manifestó participar activamente, mientras que otro 16% dijo haberlo hecho alguna vez, pero que ya no lo hace.
En ese trabajo se abordaron preguntas como: ¿cuáles son los intereses de los jóvenes? ¿Participan social o políticamente? ¿Lo consideran necesario? ¿Qué obstáculos encuentran? Fue a partir de las conclusiones de aquel trabajo cuantitativo que La Flecha decidió profundizar el conocimiento en estas temáticas a través de una investigación de tipo cualitativa.
De este último trabajo, se desprenden los siguientes puntos que amplían la mirada sobre la participación juvenil.
1- La participación no siempre es partidaria. Además de las juventudes agrupadas en partidos políticos hay otros grupos de jóvenes que participan en el ámbito público y en el campo social desde asociaciones civiles, grupos religiosos o agrupaciones no formales. Los jóvenes no siempre son militantes de un partido, pero sí militantes de causas, creencias, expectativas, deseos de una sociedad más igualitaria e inclusiva.
2 -A participar se aprende. La etapa de socialización primaria es fundamental para incentivar la participación. La familia y la escuela son vitales en la formación de un joven participativo. Muchos entrevistados han manifestado que en su infancia y adolescencia tuvieron referentes adultos que los inspiraron y sirvieron como ejemplo para participar.
3-El joven situado. Los jóvenes no son individuos aislados, sino sujetos insertos en una sociedad con características particulares en un contexto determinado. Hay factores condicionantes en la experiencia personal de cada uno que pueden disminuir o estimular el interés participativo, entre ellos el grupo de pertenencia y los amigos, y la coyuntura.
4-Yo, indignado. El principal motor para participar es la disconformidad con la realidad social signada por desigualdades económicas concretas, por lo que el objetivo de las actividades que realizan está dirigido a satisfacer las necesidades básicas de poblaciones vulnerables.
5- Vamos por el cambio, pero ¿qué cambio? En general, las actividades parecieran no apuntar a una transformación radical de las estructuras de la sociedad, sino más bien a la búsqueda de soluciones de situaciones puntuales, problemáticas de un sector, de un barrio o población determinada.
6- En colectivo. Los jóvenes entienden que la participación social tiene que ver con la acción colectiva. Ese "colectivo" se percibe, en primer lugar, como pertenencia a un equipo de trabajo, a valores y objetivos compartidos entre quienes llevan a cabo la actividad sociocomunitaria. En segundo lugar, el sentido "colectivo" tiene que ver con aquellas expresiones de acción masiva que ocurren en el espacio público, en "la calle".
7- Por vos y por mí. Otra característica de la participación juvenil actual es que no necesariamente conlleva una actitud de sacrificio, sino que se percibe como una actividad placentera y de disfrute. Además de "ayudar" a un otro menos favorecido, los jóvenes aprovechan los espacios de participación para sí mismos, ya sea para sumar experiencia profesional, para aplicar conocimientos sobre aquello que están estudiando, para complementar su formación o para satisfacer sus inquietudes personales como formar parte de un grupo social o sólo pasar un buen rato.
8- Los otros. El vínculo interpersonal es un eje relevante que atraviesa toda la actividad sociocomunitaria. En una sociedad capitalista, consumista e individualista, los jóvenes apuestan al encuentro con el otro distinto, a la actividad cara a cara, a compartir, al trabajo en equipo, al consenso y al respeto.
9- Estructuras de organización. Los jóvenes manifiestan estar cómodos con una estructura definida con roles, tareas y responsabilidades designadas. De hecho, la consideran necesaria para que se obtengan resultados y se lleven a cabo las actividades planeadas de forma operativa. Sin embargo, cuestionan y rechazan el verticalismo.
10- Protagonismo. Si bien los jóvenes valoran que los espacios tengan una estructura organizada, es esencial que haya espacios formales de diálogo en los cuales se dé lugar a sus opiniones, se los escuche y se tenga en cuenta su punto de vista para tomar decisiones.
Más allá del espacio desde el cual participen, los jóvenes están, sin duda, presentes y activos en la construcción de nuestra sociedad. Una sociedad que, desde sus perspectivas, necesita ser transformada y en la cual todavía queda mucho por hacer.
María Mannesi