Arte e integración. ¡Todos a las tablas!
La compañía de teatro especial Adisa pone en el escenario a actores con distintas discapacidades
En pleno centro porteño, en la Casa de la Provincia de Tucumán, se escuchan alaridos. "¿Qué me has hecho?" El que grita desde su silla de ruedas es Juan Francisco Alonso, de 17 años. El adolescente de pelo rubio y lacio está ensayando para actuar de Romeo en el clásico de Shakespeare. A pesar de su condición motriz, desde los 12, Juan es parte del elenco de Artistas Discapacitados Argentinos (Adisa), compañía de teatro integrada por actores con discapacidad.
Fue fundada en 1999 por el director teatral Adrián Lazz, que tras haber enseñado teatro en un instituto mental se dio cuenta del potencial expresivo de estas personas. "La persona con discapacidad tiene muchas cosas que decirle a la sociedad", expresa Lazz, y explica que el leitmotiv de este grupo es la integración social de estas personas a través del arte.
Juan, Carla, Georgina y Susana son algunos de los que conforman el equipo estable de 17 artistas. También hay todos los años un artista sin discapacidad: "Si no, sentiríamos que estamos discriminando", explica Lazz. Esta compañía ya presentó ocho obras clásicas, ganó premios y fue declarada de interés gubernamental por el GCBA y por la Secretaría de Cultura de la Nación.
Además de ser un espacio de expresión para los artistas, también es un trabajo. "Las ventas de entradas se dividen en partes iguales. Ellos lo perciben como algo profesional", declara Lazz. "A mí me encantaría tener sueldo, pero igual lo hago porque me gusta", ríe tímidamente Juan.
Nuevas oportunidades
Nelson Sayer tiene 40 años y siete en Adisa. Es actor desde joven y hace unos años comenzó a padecer esclerosis múltiple. "Sentí que ya no tenía más oportunidades. Acá todos hacemos la vista gorda de nuestra situación y vamos para adelante", comenta. Recuerda cuando oyó de un director teatral que buscaba actores con discapacidad: "Yo pensé: Este está loco . Pero quedé y estoy contentísimo con esta oportunidad", agrega, con una ancha sonrisa.
"No hay mucha diferencia entre el artista convencional y el artista con discapacidad. Un verdadero artista tiene que tener cierta actitud caótica para llevar el escenario adelante", declara Lazz. Agrega que la mayor diferencia estriba en los tiempos: ellos necesitan el doble de tiempo de ensayo.
"Dos familias antiguas de nobleza pareja; en la bella Verona desde donde contamos..." se escucha de fondo al coro. Este año, Adisa cumple diez años y los festeja reversionando la primera obra que presentó, sólo que con ligeras (o no tan ligeras) modificaciones. Romeo y Julieta: 10 años después se llama el espectáculo que presentarán a partir de octubre. El giro ocurre con la intervención del mismísimo William Shakespeare, quien evita la muerte de Romeo y el fin de la historia.
El año que viene se piensa hacer Alicia en el País de las Maravillas , con música de Serú Girán. Y, mirando un poco más adelante, la compañía tiene proyectos para televisión. Además realizan seminarios de capacitación en el armado de talleres de teatro especial.
"Ellos, que pelean a la vida con sus complicaciones, me dan fuerza para levantarme a la mañana", expresa orgulloso Lazz. Agrega que más allá del paliativo económico, Adisa los hace sentirse útiles. "El teatro es una terapia no sólo para nosotros", cuenta Aurora Rubio. Ella, que tiene 72 años y es no vidente, forma parte de Adisa hace diez.
"Lo distinto siempre fue motivo de susto, -explica el director Lazz. Hay que recuperar el valor de la vida." A él, ellos le recuerdan esto todos los días. "Yo espero este año con más energía que otros", expresa Aurora, y pronostica: "No sé qué, pero este año, algo se nos va a dar". Habrá que esperar a la apertura del telón en octubre para descubrirlo.
Contacto
- Adisa: www.artadisa.com.ar
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