Una ley fundamental para incentivar las donaciones de alimentos
Ayer en la Cámara de Diputados se trató un proyecto de Ley sobre el que los Bancos de Alimentos venimos trabajando hace años. Tiene que ver con la reincorporación del art. 9 a la Ley 25.989 que rige la donación de alimentos. Este artículo, vetado a fines de 2004, deslinda de responsabilidad a los donantes por los daños y perjuicios que pudieran producirse, siempre y cuando la donación se hubiese efectuado de buena fe, sin ocultarse vicios de la cosa y contando los alimentos con los controles bromatológicos estipulados por la ley vigente.
Los Bancos de Alimentos, nacidos en la Argentina a partir de la crisis del 2001, son organizaciones sin fines de lucro, que contribuyen a reducir el hambre, malnutrición y desperdicio de alimentos en el país, rescatando alimentos aptos para el consumo humano que, por algún problema de packaging, corta fecha de vencimiento, estacionalidad, poco éxito en el mercado, etc, ya no se pueden comercializar.
Con procedimientos muy cuidados, los Bancos de alimentos almacenan los productos, los clasifican y los distribuyen entre organizaciones comunitarias, garantizando la trazabilidad. De esta manera, se le devuelve un valor social a los alimentos que, por un problema de gestión, iban a ir a parar a la basura.
El trabajo de los Bancos de Alimentos, en alianza con las empresas productoras de alimentos, supermercados, distribuidores, productores frutihortícolas y mercados concentradores de frutas y verduras, ha permitido evitar el desperdicio de toneladas de alimentos. Solo en 2016 se distribuyeron casi 9.000.000 de kg de alimentos entre más de 2.100 entidades beneficiarias, colaborando con la alimentación de 304.000 personas en todo el país. 70% de esos beneficiarios son niños.
La cifra de los alimentos que se pierden y desperdician en nuestro país es indignante. Mientras 16 millones de toneladas de alimentos son desechadas, 1 de cada 5 niños sufre algún grado de inseguridad alimentaria.
Nuestro accionar busca contribuir a disminuir estas cifras alarmantes y, en este sentido, es necesario un marco normativo que incentive la donación de alimentos, ya que hoy en la Argentina, el donante de alimentos no tiene ningún resguardo legal. Incluso, resulta más barato tirar el alimento que donarlo.
La aprobación de esta ley es fundamental para que las empresas se animen a donar más. Pero este es solo el primer paso, seguimos trabajando para aprobar incentivos fiscales para las donaciones de alimentos y la posibilidad de contar con una doble rotulación de los alimentos que, como sucede en otros países, extienden el plazo de vigencia del producto para poder ser donado. Estamos convencidos de que el conjunto de estas medidas nos permitirían rescatar por lo menos el 15% de todos los alimentos que se tiran y con eso darle de comer a los 3 millones de personas que en Argentina sufren hambre. Necesitamos el apoyo y compromiso de toda la sociedad para construir un Argentina bien nutrida y sin hambre.
La autora es directora ejecutiva de la Red Argentina de Bancos de Alimentos
Natascha Hinsch
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