
Henry Cancelado: “El negocio de la aviación privada es muy usado por el narco; en Colombia, era muy lucrativo ser piloto privado”
El caso Espert y el debate sobre la financiación de la política. Narco y política, ¿crece el riesgo en la Argentina? Transporte, ¿un sector crítico?

“El sistema de drogas ilícitas depende del sistema financiero y del sistema político para el lavado de activos, que cada vez importa más”, afirma. “En Colombia, los narcos ponían el dinero a disposición de los jefes de las campañas y se registraba en los libros de contabilidad como aportes empresariales”, advierte. “Estos grupos continuarán inyectando capitales directamente en distintas campañas. Van a tratar de mantener un sistema de corrupción y de favores a cobrarse”, dice. “Hay sectores industriales que el narco va copando pero no hay una empresa ya ampliamente reconocida cuyo director o CEO estén metidos directamente en el narco. Por lo general, las estructuras narco crean sus propias empresas”, detalla. “El piloto privado de Andrés Pastrana había estado metido en el narco. Quien lo transportó en su campaña también realizaba vuelos para los narcos”, señala. “Está el caso de un famoso piloto estadounidense que era piloto de Pablo Escobar y comerciaba con el Cártel de Medellín”, menciona. “Hoy los precios de la droga son astronómicos: uno o dos kilos de droga en uno de estos aviones representa mucho dinero”, explica. “La Argentina está empezando a sufrir ciclos de violencia urbana debido a la expansión de un mercado interno de drogas, advierte. “El nivel de los precios y la tasa de ganancia son demasiado atractivos como para que alguien diga: “yo quiero ser abogado de la UBA””, acota. “En Perú, el nuevo puerto de Chancay se convertirá en un enorme centro donde los cárteles intentarán introducir toda la mercancía posible, advierte. “Va a ser muy difícil para las autoridades controlar ese gran puerto. Las rutas del tráfico de drogas en América Latina se van a ir concentrando sobre Perú”, desarrolla. “La Argentina está rodeada por las estructuras brasileñas, por la producción boliviana y por los mercados y tráfico peruano”, concluye.

El respetado experto en seguridad en América Latina, el colombiano Henry Cancelado, estuvo en La Repregunta. Cancelado se especializa en relaciones internacionales, defensa y seguridad sobre todo en la cuenca del Caribe y Centroamérica. Es politólogo por la Universidad Nacional de Colombia. Es investigador del Strategos. Observatorio de la Seguridad Global de la Universidad de los Andes, en Colombia.
El caso Espert y el debate sobre la financiación de la política. Narco y política, ¿crece el riesgo en la Argentina? Dinero de campañas, ¿cuál es el rol de los empresarios? Narco y empresarios. Transporte, ¿un sector crítico? Aviación privada, ¿una pieza clave del rompecabezas narco? Perú, ¿cuál es su lugar en la cadena de valor narco? Puerto de Chancay, ¿nuevo hub narco? Argentina, ¿violencia entre bandas y crecimiento del mercado interno de consumo? Cancelado hizo su análisis.
Aquí, la entrevista completa.
De Argentina a Colombia, ¿cómo se infiltra el financiamiento del crimen organizado en la política?
-El caso del diputado Espert, quien encabezaba las candidaturas a diputado por la Alianza Avanza Libertad en la Provincia de Buenos Aires, está generando un intenso debate e impacto político. Finalmente fue excluido de la contienda electoral debido a las revelaciones sobre su relación con el argentino Federico “Fred Machado”, investigado en Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico y detenido en la Argentina. Su extradición acaba de ser aprobada por la Justicia y el Gobierno argentinos. La cuestión del financiamiento de la política se convirtió en un tema central del debate. En otras oportunidades hemos analizado el impacto del narcotráfico en América Latina. Usted suele señalar el impacto en el reclutamiento de personas, en el lavado de dinero y en la violencia entre las mafias de la droga y también de las mafias con el Estado. ¿Qué papel juega el crimen organizado narco en el financiamiento político y electoral en nuestros países?
-Juega muchísimo porque en el sistema de drogas ilícitas, tal como lo concebimos ahoraen Colombia, como un sistema donde el tráfico de drogas es una parte específica, el lavado de activos es cada vez más lo más importante. Ese sistema depende en gran medida del sistema financiero y del sistema político. Estas organizaciones criminales necesitan estos dos sistemas. La financiación de políticos no es nueva. En Colombia, tuvimos un presidente ampliamente acusado y con hechos comprobados de recibir financiamiento de los cárteles de la droga, específicamente del Cártel de Cali en los años noventa. En la política de la región, y la Argentina no sería la excepción, debido también al tamaño y las formas de gobernabilidad, estos grupos continuarán inyectando capitales, ya sean pequeños o significativos, directamente en distintas campañas. Van a intentar mantener un sistema de corrupción.
-En relación al caso colombiano, ¿se refiere al caso de Ernesto Samper?
-Sí, al presidente Samper.
-En esa lógica, confluían dos necesidades: una necesidad de financiamiento político por parte del político y otra de lavado de dinero por parte de las organizaciones criminales. En la práctica, ¿cómo ingresa ese dinero en la lógica política de un presidente, según lo ocurrido en el caso del expresidente de Colombia? Es un caso tan claro y extremo que vale la pena conocerlo con más detalle.
-Accede directamente a los libros de contabilidad de la campaña. En Colombia, los narcos ponían el dinero a disposición de los jefes de las campañas, diciendo: ‘Voy a financiar con tanto’. Y se registraba en los libros de contabilidad como aportes empresariales. Por un lado, allí ya está lavado el dinero. No es mucho porque las campañas tienen topes de financiamiento. Pero por otro lado, les garantizaban a los narcos ciertas lealtades del político que ganara. Ese aporte es como una especie de cheque en blanco. Y en algún momento el narco reclama: yo estoy aquí con usted, estamos montados en el mismo tren, ¿qué podemos hacer juntos? En el caso de Samper, estuvo cuatro años defendiéndose de estas acusaciones hasta que reconoció que sí sabía del financiamiento de estos cárteles. Y eso se debe a que, en su momento, la presión de los Estados Unidos y la lucha antinarcóticos de los noventa impidieron que esta relación floreciera. El Cártel de Cali fue ampliamente perseguido, lo que nos llevó a una espiral de violencia muy fuerte, con los cárteles arremetiendo contra el gobierno.
Narco. ¿Cuál es el rol de los jefes de campaña y de las empresas?
-Detengámonos un poco más en el caso Samper. Usted plantea que los jefes de campaña en general conocían la posibilidad de financiamiento vía el narco y la oportunidad de lavado de dinero para el narco. ¿Por qué Samper se convierte en un caso tan extremo? En la política colombiana, ¿se instaló ese tipo de circulación de dinero o fue una excepción?
-Es vox populi que los cárteles han estado acompañando a la política. Lo que pasa es que en el caso Samper es muy claro, y hay pruebas en casetes, otras evidencias y todo un entramado judicial en torno al caso que lo hace aún más evidente. Su jefe de campaña confiesa; sus ministros confiesan. Se destapó una olla: todo el mundo empezó a decir que esto parece que pasa en general. Samper es la prueba fehaciente de que sí ocurre. Esa es la diferencia. Se sospecha de todos, pero el realmente acusado fue Samper. Ahorita, también el hijo del actual presidente de Colombia está en un proceso similar.
-El hijo de Gustavo Petro. ¿Hay una denuncia sobre cómo financió la campaña política de su padre?
-Exacto.
-¿Y esa denuncia lo vincula también con dinero del narcotráfico?
-Se habla de dinero ilegal. No se sabe exactamente si es dinero de algún tipo de organización criminal porque el narco en Colombia ya no se mueve como cárteles sino por estructuras criminales. No se sabe qué estructura criminal le dio financiamiento, o si es algún empresario que busca lavar dinero o de dónde sale la plata. Todavía estamos en ese proceso de investigación. Pero allí hay otra prueba clara.
-Ese caso muestra que el problema es transideológico: el aporte ilegal a las campañas políticas supera las distinciones ideológicas. ¿Considera que es así?
-Sí. Es transideológico y atraviesa todas las clases sociales. El narcotráfico no es un fenómeno exclusivo de las clases bajas que, en el marco de estas justificaciones, dicen que el pobre se involucra en este negocio por el dinero. También hay grandes capos que ya son ricos desde antes, que no se vuelven ricos en el negocio, sino que originalmente pertenecen a clases altas y están involucrados en el negocio. El narco está en todas las esferas ideológicas y en todas las clases sociales. Es un negocio de gran alcance en términos sociales.
-El caso de Samper revela la necesidad del narcotráfico de lavar activos y la importancia del financiamiento político para las campañas electorales. Y en medio, los intermediarios: usted explica que ese dinero ingresaba en los libros contables de la campaña como aportes de empresarios. ¿Cómo es esa estructura en general? ¿Deben ser ciertos empresarios o empresas legalmente constituidas los intermediarios para que ese traspaso de dinero se realice de manera efectiva? ¿Qué tipo de empresas son? ¿Son empresas consolidadas, con historia en nuestros países, o son empresas creadas ad hoc?
-Vamos a encontrar los dos tipos de empresas. En el casodel Cártel de Cali, se trata de empresas muy constituidas: una cadena de farmacias en Colombia que todavía está en proceso de liquidación e intervención por parte del Estado. Treinta años después, seguimos en ese proceso. Era una empresa constituida con trabajadores, con todo, pero el backup era dinero del Cártel de Cali.
-¿Pero tenía dueños legales prestigiosos como empresarios dentro de Colombia?
-Sí, el director de las cadenas de farmacias, por ejemplo, era reconocido. Pero en general no hemos encontrado a alguien muy conocido, un presidente de empresa, que de repente se supo que tenía nexos con el narco. Sí se sabe que tal organización ya fue creada por estas estructuras ilegales. En Colombia, desde lo judicial, hoy se está poniendo foco en la industria musical, por ejemplo, en managers de artistas. Todavía no se encontró nada, lo quiero dejar en claro, pero es una línea de investigación porque en Colombia la industria musical ha crecido muchísimo. Hay sectores industriales que el narco va copando, pero no hay una empresa ya ampliamente reconocida cuyo director o CEO o cualquiera de sus líneas esté metida directamente en el narco. Por lo general, las estructuras narco crean sus empresas.

Aviones de alquiler. ¿Una pieza clave en el rompecabezas del narco?
-Es importante ese punto: en el caso de Machado, creó una empresa que estaba operativa ya en 2010. Una compañía de transporte de aviación privada, de aviones de alquiler que, de acuerdo con dos informes enviados al Homeland Security de Estados Unidos por el Ministerio de Seguridad de la Argentina en 2021, le alquiló un avión a los hermanos Juliá que representaron el primer caso de detención por narcotráfico y la captura de casi 900 kilos de cocaína en un avión confiscado en Europa. ¿Ese sector del transporte internacional de aviación privada es, en general, parte de estos entramados?
-Mencionaría tres sectores muy importantes en transporte, que es básico para la comercialización, otra parte del sistema de drogas: producción, comercialización, venta y lavado. La comercialización se hace por rutas comerciales de aviación. En Colombia, hubo un caso muy famoso, el de la aerolínea Avianca. No es que la empresa estuviera metida en esto. Sí tenía algunos funcionarios que aprovechaban la aerolínea para mover algunas pequeñas cantidades de droga. Por otro lado, está el transporte de carga, contaminando los containers con droga en el sector marítimo: un barco puede llevar entre 12 y 15 mil containers. Basta con que contaminen la mitad; estamos hablando de media tonelada de droga. Y luego, la aviación privada. En Colombia, era muy lucrativo ser piloto privado. Hubo otro escándalo protagonizado por otro presidente, Andrés Pastrana, cuyo piloto privado había estado metido en el narco. Quien lo transportó en su campaña también realizaba vuelos para los narcos. También está el caso de un famoso piloto estadounidense que era piloto de Pablo Escobar y comerciaba con el Cártel de Medellín. El negocio de la aviación privada es muy utilizado por el narcotráfico. En Londres, se incautó un cargamento que había salido de Bogotá. Se transportaron más de cinco toneladas de droga en aviones privados. Esa droga salió en una avioneta privada y se incautó en Londres, en Heathrow, con ayuda de la inteligencia colombiana. Es muy común que la aviación privada forme parte de este negocio; le sigue el transporte marítimo.
-El sector de transporte aéreo privado de alquiler es una pieza clave en ese rompecabezas del narcotráfico internacional.
-Sí. Primero, porque son aeronaves más difíciles de detectar por las autoridades aéreas. Segundo, porque el tráfico aéreo es tan grande hoy que la autoridad aérea de un país no lo considera inusual. Y en tercer lugar, porque hoy los precios son astronómicos: uno o dos kilos de droga en uno de estos aviones representan mucho dinero.
-¿Se puede pensar que estas compañías de aviones de alquiler y sus dueños pueden estar ajenos a que los aviones son utilizados para el transporte de drogas? ¿O en el modelo de negocio de la aviación de alquiler que opera en el flujo internacional se asume que parte de los ingresos proviene de ese tipo de tráfico? ¿Qué se sabe de ese modelo de negocio?
-En el caso de las compañías con muchos aviones, muchas veces es el piloto o la tripulación quien está directamente involucrado. Pero cuando son compañías mucho más pequeñas, es muy evidente que la compañía está muy metida y es parte de ese entramado. Hay un modelo mixto que muchas veces depende del tamaño de la compañía. Y también las mismas estructuras criminales montan sus empresas de aviación para poder mover sus cargas, y al mismo tiempo ofrecer sus servicios. Funcionan como empresas fachada, como empresas de aviación privada que pueden llevar y traer gente, pero que también pueden usarse para los mercados ilegales. En países como Colombia, donde este sector es bastante pequeño, y asumo que también en Argentina, que es mucho más grande, debe haber empresas que están muy metidas en esto. Ya se han detectado cargamentos, incautado drogas y realizado los procesos contra las personas de las empresas.
Hay sectores industriales que el narco va copando pero no hay una empresa ya ampliamente reconocida cuyo director o CEO estén metidos directamente en el narco. Por lo general, las estructuras narco crean sus propias empresas
-¿Las investigaciones judiciales o de inteligencia de Estados Unidos le ponen foco a este tipo de empresas de transporte, tanto marítimas como de aviación de alquiler?
-Sí, Estados Unidos, a través de sus diferentes agencias, siempre está muy pendiente del tema. Lo que más les interesa dentro de todo el sistema de drogas es el lavado de activos. Están muy pendientes de las empresas; están siempre revisando qué empresas son; están actualizando listas. Colombia tuvo varias empresas sancionadas por Estados Unidos, equipos de fútbol sancionados por pertenecer a cárteles. Les permitían continuar con sus negocios, pero estaban obligados a manejar solo efectivo porque no les permitían tener cuentas bancarias. Porque por ahí lavaban. Hay un foco muy importante sobre las empresas. Estados Unidos lo hace de manera clara y abierta. Por ejemplo, la presión que está ejerciendo sobre Venezuela comienza con la incautación de una gran cantidad de propiedades y negocios venezolanos en Estados Unidos. Atacar los barcos con cargamento narco es el último paso.
De Argentina a Perú, informalidad laboral. ¿Otra pieza clave del crimen narco?
-Su explicación nos permite entender mejor qué grado de verosimilitud tiene este escenario que se está dando en la Argentina. Hay otra pieza de este rompecabezas del narcotráfico en América Latina, desde su perspectiva: el grado de deterioro económico y del entramado social en el mercado laboral. La Argentina está experimentando un crecimiento de la informalidad. Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la UBA, con datos de la Encuesta Permanente de Hogares, plantea que en el primer semestre de 2025, la informalidad en la Argentina creció por encima del 43 por ciento, el segundo indicador más alto desde 2008. El otro se dio en el segundo semestre de 2022. ¿Con esta realidad, cuánto hay de caldo de cultivo para que el narcotráfico no solo lave activos, sino que también influya en el futuro de las personas cuando los niveles de informalidad aumentan? ¿Cuál es su mirada sobre la correlación entre niveles de informalidad laboral y penetración del narcotráfico?
-Hay mucha relación en dos niveles. Por un lado, ante la asfixia económica, las personas van a buscar abrirse camino dentro de la ilegalidad. En Colombia, se dice que la ilegalidad es plata fácil. Pero realmente no es fácil; sí es plata muy rápida y es mucha plata, pero fácil no es. Es un negocio muy difícil, complejo y violento. En Bogotá y en Medellín, según los ciclos de violencia urbana, aparecen cuerpos en las ciudades. Esas son purgas precisamente de pequeñas bandas que tratan de abrirse paso aprovechando esos sectores ilegales. Se da mucho en lo urbano porque allí está la informalidad. También se aprovecha al vendedor de calle como agente del microtráfico, un fenómeno importante en las ciudades. Grupos grandes o pequeños que no logran exportar su droga la revierten en la demanda interna. Se vuelve la oferta de mercado interno. ¿Y dónde lo van a vender ? Lo venden personas que pueden atender en un domicilio. Eso sucede en Argentina. En Colombia, ya lo estamos experimentando: el vendedor de la esquina, la persona que vemos en la calle. Esa informalidad también permite que el narcotráfico, los cárteles o las mafias tengan diferentes agentes de venta, puntos de venta muy difíciles de controlar a nivel urbano.

-Es muy interesante lo que señala: la Argentina está sacudida por un caso muy trágico de tres chicas, una chica de 15 años y otras dos de 20, que fueron torturadas y asesinadas, sus cuerpos violentados también después de muertas, filmada toda esa sesión en una red social ante una audiencia de unas cuarenta personas. Es un triple crimen narco. Ocurrió en el conurbano bonaerense y el responsable, quien habría dado la orden, fue detenido en Perú. Se lo conoce como Pequeño J. Es un crimen en el que entran a jugar jóvenes de distintas edades y un joven peruano que hacía tiempo que vivía en la Argentina. Entra el tema del narcomenudeo y la dificultad para controlarlo y la realidad de otro país, Perú, con una tasa de informalidad también altísima, 70 por ciento de informalidad laboral. Por otro lado, el componente de jóvenes: dentro de este 43 por ciento de informalidad argentino, más del 60 por ciento se registra entre los jóvenes de entre 16 y 24 años en Argentina. ¿Estos elementos indican un patrón común en el crecimiento del narcotráfico en un país? ¿Son señales que nos están diciendo algo de una transformación en la Argentina?
-Veía el caso del triple crimen y pensaba algo como lo que señalas. La Argentina está comenzando a experimentar ciclos de violencia urbana debido a la apertura o expansión de un mercado interno de drogas. Pasa en Colombia, pasa en México. Estados Unidos es el mejor ejemplo de este tipo de fenómeno a nivel urbano. Se empieza a ver a pequeñas bandas que empiezan a controlar sectores en diferentes poblaciones, tanto de grandes ciudades como pueden ser Buenos Aires, como de pequeñas poblaciones donde haya cierto tipo de mercado. Van a empezar a ver ciclos de violencia por dos cosas: o por traiciones que se dan entre esos grupos, que parece ser lo que pasó con estas chicas, o porque empiezan a aparecer otras bandas que van a disputar esas zonas. Vamos a ver ciclos cortos de violencia muy rápidos, muy violentos, porque son pequeñas bandas. Son ciclos cortos porque no se pueden desgastar en grandes guerras como las que tuvimos con el Cártel de Medellín o el de Cali en Colombia. No hay cárteles gigantescos. Estas son pequeñas bandas que no se pueden desgastar. Es muy violento lo que hacen porque quieren enviar un mensaje claro: con nosotros, nadie juega. Comienza a haber una transformación en todo este microtráfico urbano. Se dará porque el nivel de los precios y la tasa de ganancia son demasiado atractivos como para que alguien diga: “yo quiero ser abogado de la UBA”, y no simplemente: “me dedico a este negocio porque me va mucho mejor en esto”.
-En Perú, con una tasa de informalidad del 70 por ciento, ¿qué magnitud tiene el problema del narcotráfico en términos de su penetración en poblaciones muy necesitadas y también del impacto en la política?
-No he revisado detenidamente el espacio peruano. Pero dentro de los síntomas y de lo que empieza a ocurrir, Perú y Colombia se van turnando en términos de producción, de mercado también, por compartir frontera. Lo que no se produce aquí se empieza a producir allá, y cuando no se produce allá, se produce acá, en el sur o el norte del país. Pero va a haber un detonante mucho mayor y es el puerto de Chancay: el nuevo puerto se va a convertir en un hub gigantesco donde los cárteles van a tratar de poner toda la mercancía que puedan. Va a ser muy difícil para las autoridades controlar ese gran puerto, controlar la cantidad de barcos que van a entrar y salir y la cantidad de containers. Vamos a ver cómo las rutas del tráfico de drogas en América Latina en general se van a ir concentrando en Perú. También vamos a comenzar a experimentar estos ciclos de violencia debido a la lucha por controlar las rutas y el puerto.
Perú y el nuevo Puerto de Chancay. ¿Crecerá el mercado interno de droga en Argentina?
-¿Cómo impacta el hecho de Perú adquiere tanta relevancia como puerto de salida en el rol que tiene la Argentina en esta red de narcotráfico internacional?
-Puede impactar. La Argentina no es necesariamente un puerto de salida ni un centro de producción. Dentro de la cadena de valor regional del narcotráfico, la Argentina juega un papel muy secundario. Eso es muy importante para ustedes porque podrían salir más fácilmente del problema. Todo dependerá de los mercados internos, es decir, de cuántos argentinos compren lo que el narcotraficante les quiera vender. En la Argentina no hay negocios de producción, no hay rutas, a lo sumo algunas rutas hacia África, pero eso se concentra más hacia el lado de Surinam y Guyana. La parte sur del continente no es la que usan los cárteles o las estructuras ilegales para sacar la droga.
-¿El rol de la Argentina se parece más al de consumidor de Estados Unidos en relación a México, que es productor y exportador? ¿Y la cercanía con Perú representa una fuente de droga demasiado cercana al mercado interno argentino?
-Sí. La Argentina está rodeada por las estructuras brasileñas, por la producción boliviana y por los mercados y tráfico peruano. Lo mismo le pasaría a Chile. Van a tener un rol más de consumidores, de mercados importantes, pero hasta ahí: no van a ser Colombia, que concentra absolutamente todo.
Narco, ¿regularlo o combatirlo?
-La última cuestión: a partir del triple crimen, se planteó la cuestión de si el escenario del narcomenudeo estalla porque se descontrola una especie de statu quo que las autoridades y las fuerzas de seguridad permiten. ¿Hay que regular el narcotráfico en el mercado interno o combatirlo? Hay una discusión en ese sentido.
-Colombia ha cambiado la fórmula de tratamiento del tema narco cuántas veces ha sido posible. Regulamos, atacamos, controlamos producción, controlamos activos, controlamos empresas, controlamos consumo. Me encantaría decir que hay una fórmula. Pero en realidad, Colombia todavía está pensando en cómo resolver el problema del narcotráfico. Este mercado tiene tres ventajas. Primero, una alta tasa de ganancia. Segundo, eso lo vuelve atractivo para que la gente ingrese. Y eso también lo hace muy adaptable a cualquier acción de las autoridades, porque nadie espera que estas cosas comiencen a suceder. Estoy seguro de que Argentina nunca habría esperado un crimen de este tipo. Y le pasó a México en su momento y en algún momento nos pasó a nosotros en Colombia. La alta tasa de criminalidad y la violencia que se ejerce son los primeros indicadores de que algo está ocurriendo. Las fórmulas siempre serán las mismas: revisar las estructuras criminales, fortalecer la inteligencia, fortalecer las estructuras policiales. Pero eventualmente, las estructuras policiales son fácilmente superadas por estos grupos. Le pasó a México. Por eso, en Colombia, esta acción se realiza con todas las fuerzas militares. Y por eso Estados Unidos también ya tiene la 4.ª flota de su marina en el Caribe, porque el combate contra la droga rápidamente escala a lo militar, porque es muy difícil de controlar. La Argentina va a empezar un proceso y las autoridades tienen que hacer toda una revisión estratégica de este fenómeno y de cómo se da en la Argentina. El fenómeno no se presenta igual en todos los países. La Argentina es más un foco de mercado de consumo que cualquier otro punto de la cadena productiva.








