El título de este libro es una conjugación gramaticalmente imposible, pero realista desde un punto de vista histórico.
Esta obra -que cuenta con el auspicio de la Escuela para la libertad integral- no podía ser más oportuna, en las circunstancias actuales que padece la República.
En el texto se analizan con rigor los gastos innecesarios, los despilfarros, el costo de las reparticiones públicas. El resultado es una suerte de representación aritmética de las angustias a las que está sometida la población del país y de las apreturas económicas por las que pasan todos los ciudadanos.
El eje intelectual del libro está descripto con toda claridad por el autor: "Los políticos son especialistas en gastar dinero ajeno, dinero que toman como botín de guerra al quitárselo compulsivamente a través de los impuestos a los particulares que mayoritariamente ganamos nuestro pan de cada día ofreciendo a otros particulares o al mismo Estado productos o servicios que les son de utilidad".
Ni los Estados provinciales ni las municipalidades han sido considerados en este estudio. Con todo, las cifras dan cuenta del porqué del riesgo país que se conquista día tras día.
