Annemarie Heinrich, maestra de la luz
Nacida en Alemania, fue una de las más relevantes artistas de la fotografía que tuvo la Argentina
Ayer, a las dos de la madrugada, falleció en su casa, en esta ciudad, a los 93 años, Annemarie Heinrich, sobresaliente artista de la fotografía que supo conjugar en su vida talento, tenacidad y ética.
Con su cámara retrató durante décadas a grandes figuras del teatro, la radio y el cine, captando en su percepción del instante el sello de sus personalidades e idealizando, embellecidos en sus claroscuros y su composición escenográfica, esos mitos que el público admiraba.
Hacía unos siete años que Heinrich estaba en silla de ruedas, pero mantuvo la lucidez hasta pocos días antes de su muerte, acaecida apenas concluido el Día del Fotógrafo.
Había nacido en Dresde, Alemania, en 1912. A los 14 años vino a la Argentina y comenzó su formación fotográfica en Larroque, Entre Ríos, venciendo las dificultades del idioma y de una dedicación que en ese entonces se reservaba a los hombres. En 1930 abrió su estudio en Buenos Aires y empezó a hacer notas sociales. Ya en 1933 comenzó su carrera como retratista de grandes figuras del Teatro Colón. Durante más de cuatro décadas ilustró las tapas de revistas gráficas como Antena y Radiolandia.
Hizo su primera muestra profesional en Chile, en 1938. Amaba su profesión. La empezó muy joven por la parte técnica -el revelado, las copias- para desplegar luego un arte peculiar. Famosa por los retratos de artistas -desde Tita Merello hasta Eva Duarte- incursionó en los paisajes y en el desnudo. En 1991 le iniciaron una querella, que no prosperó, por presunta exhibición obscena por un desnudo de la actriz Tilda Thamar, que había tomado en 1949.
Contaba ya con una valiosa trayectoria cuando recibió becas para perfeccionarse en Alemania, en 1954, y en los Estados Unidos, en 1979.
En 1953 fue cofundadora de un grupo que compartía experiencias en fotografía artística, la Carpeta de los Diez, Fue también fundadora del Consejo Argentino de Fotografía en 1979 y directiva de la Asociación de Fotógrafos Profesionales. Obtuvo muchos premios, entre ellos, de la Fédération Internationale de l´Art Photographique. En 1992, fue nombrada ciudadana ilustre de la ciudad de Buenos Aires. En 2001 recibió el premio Leonardo a la trayectoria del Museo Nacional de Bellas Artes y la Federación Argentina de Fotografía la declaró miembro de honor.
Excelente profesional y buena persona, puede decirse que la armonía de sus composiciones y tomas reflejaba su propia belleza interior.
Heinrich sintió mucho la pérdida de su marido, Ricardo Sanguinetti, escritor que usaba el seudónimo de Alvaro Sol, en 1990. Tenía dos hijos, Alicia y Ricardo Sanguinetti, que continúan su estudio, nietos y bisnietos.
Los restos fueron velados ayer en Thames 1164 y serán cremados hoy, a las 9.30, en la Chacarita, para ser inhumados más tarde, según era su deseo, en el Cementerio Alemán.