Anticipo. Una vejez breve, afilada e incómoda como el primer capítulo del nuevo libro de Hanif Kureishi
Waldo es un hombre dispuesto a morir en cualquier momento, de los que creen que todo tiempo pasado fue mejor, que disfruta del gusto amargo del café en la boca. Está prácticamente postrado y desde esa quietud afila sus otros sentidos. Viejo director de cine y, como tal, también un gran voyeur, lo que ahora mira y tiene enfrente es a su mujer, 20 años más joven, desnuda, junto a un crítico de cine que supo ser su admirador y ahora es el amante de ella, en sus narices.
Waldo es el protagonista del triángulo amoroso que transcurre en un edificio de Londres, la ciudad donde el escritor Hanif Kureishi, nombre clave de la literatura británica, escribió Nada es nada, novela breve que Anagrama publicará en la Argentina en octubre, y de la que LA NACION anticipa su primer capítulo.
Prolífico autor de una docena de ficciones, entre las que se cuenta El buda de los suburbios (adaptada a la televisión por la BBC) y, más reciente, La última palabra,Kureishi –de origen pakistaní y también cineasta, como Waldo– nació en Inglaterra en 1954. Escribió teatro y los guiones de películas como Mi hermosa lavandería, Intimidady Londres me mata, que también dirigió. También publicó relatos en Amor en tiempos tristes y Siempre es medianoche, así como en El cuerpo, una novela acompañada de varios relatos, y el libro de textos autobiográficos Soñar y contar.
Nada de nada se presenta como una tragicomedia negrísima y feroz que no va a dejar al ningún lector indiferente.