Incaa: los siete legajos con denuncias que presentó Cultura
Cultura informó manejos espurios con compras y viáticos; el alquiler de un inmueble, bajo la lupa
"Kiosquitos", "maxikioscos" y "polirrubros". Así definió ayer el ministro de Cultura, Pablo Avelluto , al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) en medio del ruido que generó el desplazamiento de Alejandro Cacetta. Para afirmarse en su postura, el Gobierno insistió que en el organismo es "opaco" y anunció que, junto a la Oficina Anticorrupción (OA), elaborará un plan para sanear la institución.
Ante el organismo de control que conduce Laura Alonso , la cartera de Avelluto presentó un rosario de acusaciones: son siete legajos con presuntas irregularidades vinculadas a compras y viáticos y tercerizaciones, entre otros puntos.
El expediente está en manos del Área de Investigaciones de la OA. Se espera que el lunes los expertos comiencen a analizar los casos y pidan más documentación para estudiar si efectivamente existieron manejos espurios. A partir de allí, evaluarán si corresponde, o no, una denuncia penal.
Ayer, desde Cultura evitaron dar mayores detalles sobre los números comprometidos. Según pudo conocer LA NACION, la denuncia incluye siete "capítulos" con casos sospechados, entre los que figuran gastos para la promoción de películas que serían excesivos y las erogaciones para la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc) por obras que según el Gobierno no se habrían realizado.
El escrito también menciona compras sospechadas (como la adquisición de sillas por montos exorbitantes), irregularidades con los traslados (entre los que figuran los gastos de movilidad para el Bafici y el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata), problemas con publicaciones, tercerización de servicios y desmanejos con viáticos y pasajes. Uno de los mecanismos bajo la lupa sería el desdoblamiento de gastos en múltiples facturas para simular erogaciones menores y evitar licitaciones.
Avelluto ayer insistió en que Cacetta "es un hombre honesto". Uno de los casos bajo la lupa, sin embargo, cuestiona el alquiler por $ 600.000 de un inmueble, donde funcionó el laboratorio Cinecolor. Allí, el Incaa inauguró la Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional.
La elección de la sede podría implicar un conflicto de interés, ya que Cinecolor fue socia de la productora Patagonik Film Group, donde Cacetta se desempeñó como ejecutivo antes de asumir en el Incaa.
El propio Cacetta le consultó a la OA que límites tenía, dado su antecedente en Patagonik. El organismo le respondió que no debía intervenir "en temas particularmente relacionadas con la productora".
Con el fuerte respaldo de la industria cinematográfica, Cacetta insistió en que su gestión fue transparente. "Que investiguen lo que tengan que investigar", reclamó.
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