Arte: el sutil encanto de las sombras
La galería Rolf Art creó el clima ideal para presentar obras que exploran los límites de la fotografía. Centradas en el backlight y otros recursos lumínicos contemporáneos, reflejan con imágenes ambiguas un interés común en las búsquedas de Graciela Sacco, Gabriel Valansi, Jacques Bedel, Ananké Asseff, Estanislao Florido y Carolina Magnin
A través de las persianas americanas, un hombre y una mujer parecen observar a la gente que camina por la calle Posadas. Pero afuera es de noche, y la luz que brilla a sus espaldas los pone en evidencia: son ellos los que quedan expuestos. El contraste los revela atrapados detrás de la ventana enrejada, cada uno en su propio mundo vacío, detenidos en el silencio.
Hay que entrar en la planta baja de este edificio de Recoleta para descifrar el "enigma de la sombra". Es decir, para descubrir por qué Junichiro Tanizaki defendía esa luz indirecta y difusa que genera un clima calmo, imprescindible para apreciar la "punzante melancolía de las cosas".
"¿Nunca han experimentado esa especie de aprensión que se siente ante la eternidad, como si al permanecer en ese espacio perdieras la noción del tiempo?", pregunta el escritor japonés en El elogio de la sombra . Si no lo hicieron, vale la pena detenerse en la penumbra ante las obras de Graciela Sacco, Gabriel Valansi, Jacques Bedel, Ananké Asseff, Estanislao Florido y Carolina Magnin, reunidas en Rolf Art para explorar los límites de la fotografía.
Luz envasada se titula la muestra concebida por Florencia Giordana Braun, joven directora de la galería (ver columna), centrada en el manejo de la luz como recurso generador de ambigüedad. Algo que se logra especialmente en los backlights , soporte muy contemporáneo que ilumina la imagen desde atrás y que aprovechan con maestría Valansi, Magnin y Sacco.
Esta última artista, por ejemplo, descubrió en Japón unos paneles luminosos finos como un papel. Los usó para realizar obras con persianas -que pueden abrirse y cerrarse- en la serie Tensión admisible , similares a las que se exhiben en la vidriera de Rolf. Y potenció al máximo su pequeño formato al ubicarlas en un rincón de la galería pegado al techo. "Los orientales -decía Tanizaki- creamos belleza haciendo nacer sombras en lugares que en sí mismos son insignificantes."
Los efectos del tiempo
En esos mismos lugares centra su atención Valansi, autor de una de las obras más atractivas de la exposición, que agregó poesía al sórdido palier de un edificio porteño al colocar un dimmer detrás de cada foco de luz representado en la imagen. De esta manera, es posible regular la intensidad luminosa como si se estuviera en el espacio real.
Otros dos trabajos de este maestro de fotógrafos reflejan de qué manera su mirada logra transformar restos de aparatos desechados en intrigantes estructuras abstractas, tal como lo hizo con la instalación Babel , exhibida en 2010 en la Fundación YPF.
Discípula de Valansi y artista invitada en esta muestra, Carolina Magnin deja ver con sus backlights de la serie Timeline la punta del iceberg de una obra centrada en la memoria, que está ganando trascendencia internacional. Un panorama más amplio de su trabajo, reconocido en 2012 con el Renaissance Photography Prize y exhibido este año en Los Ángeles, podrá apreciarse desde el jueves próximo en la galería Gachi Prieto: allí presentará las etéreas imágenes impresas sobre vidrio que expuso hasta mayo en el Museo Emilio Caraffa de Córdoba.
"Las cosas recién desaparecidas exhalan un brillo particular, y en ese último esplendor pueden decir más cosas sobre el presente que la obviedad de lo que nos rodea", escribió Valeria González en el catálogo de esa exposición, Ánima , que rescata con melancolía el valor de las imperfecciones en tiempos de uso y abuso del retoque digital.
Al escanear e iluminar diapositivas antiguas, Magnin pone en primer plano las marcas dejadas por rayaduras, polvo y huellas dactilares. O, en palabras del escritor japonés, "ese brillo ligeramente alterado que evoca irresistiblemente los efectos del tiempo".
Lo bello y lo triste
El otro artista invitado -un valioso recurso con efecto sinérgico, cada vez más común- es Estanislao Florido, representado por Del Infinito. El acelerador de partículas , su video inspirado en la obra de Roberto Aizenberg, pertenece a una serie que mereció más protagonismo en la muestra reciente que le dedicó la Colección Fortabat al pintor y sus contemporáneos.
Luz envasada se completa con otras dos "estrellas" de Rolf: Jacques Bedel y Ananké Asseff. Esta artista, premiada por la Fundación Konex y con obra en la Tate Modern de Londres, participa con una fotografía de su serie Corrimientos . La inquietante imagen de un pastizal iluminado de rojo ilustra también la tapa del libro de Ediciones Larivière que compila su producción reciente.
La muestra abre y cierra con un sutil trabajo de Bedel, escultor, pintor, diseñador y arquitecto nacido en 1947, que no para de asombrar con su reinvención constante.
Después de haber impactado con Crímenes políticos , exposición individual que reunió trabajos de 1973 y de 2013 (http://www.youtube.com/watch?v=xW1FykvjRMs9), Bedel recibe al público con otro cross a la mandíbula: gracias a Álter ego , instalación creada en 1968, el visitante se convierte en obra apenas cruza la puerta de la galería. Iluminado por una luz cenital, ve su imagen reflejada en una superficie oscura. Y si observa con atención, puede notar alrededor de su cuerpo un aura azul y roja, similar a la de los dibujos diseñados para ser vistos en tres dimensiones.
"Lo bello no es una sustancia en sí -dice Tanizaki- sino tan sólo un dibujo de sombras, un juego de claroscuros. La belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos de la sombra."
Ficha.
Luz envasada. Los límites de la fotografía en Rolf Art (Posadas 1583, PB A), con obras de Graciela Sacco, Gabriel Valansi, Jacques Bedel, Ananké Asseff, Estanislao Florido y Carolina Magnin, hasta el 30 de agosto.