Están desde hace 200 años en el Museo Británico. Atenas reclamó los frisos del Partenón y abrió el debate
La devolución de obras de arte expoliadas por grandes potencias aún genera polémica
MADRID.- ¿Cree usted que las obras de arte y tesoros que fueron robados o expoliados por algunas potencias deben volver a sus países de origen? El debate lo reabrió días atrás el primer ministro griego, Kostas Karamanlis, al exigir al Reino Unido la devolución de los frisos del Partenón que, hace 200 años, el famoso conde de Elgin se llevó de la Acrópolis y forman parte del patrimonio del Museo Británico de Londres.
Esos 75 metros de friso, con 15 metopas y 17 estatuas, son todo un símbolo de la historia de los expolios artísticos. Las guerras, los cambios políticos o las catástrofes naturales han sido el pretexto utilizado por Europa y Estados Unidos para arrancar de cuajo tesoros creados en lugares que nada tienen que ver con sus actuales escenarios.
En el Museo Británico, entidad que encarna como ninguna otra la historia de las migraciones artísticas, consideran que los reclamos son improcedentes porque "el Museo Británico no es una entidad británica; es un museo para el público de todo el mundo", como explica uno de sus responsables.
Centrándose exclusivamente en los expolios sufridos contra el arte de la Antigüedad y dejando al margen los robos ejecutados por los nazis, los reclamos resultan interminables. Las huellas de las riquísimas culturas precolombinas o los tesoros procedentes del norte de Africa deslumbran en los mejores museos del mundo. La legislación es tan complicada en estos temas que incluso llega a hacer inviables los reclamos.
Miguel Zugaza, director del Museo del Prado de Madrid, es de los que consideran que es muy difícil reconstruir la historia y que es mejor preocuparse por el futuro. "Son temas en los que ya no hay retorno. El Museo Británico es una institución universal que garantiza el cuidado de lo que contiene. No creo que proceda reclamar", dice.
Mirar al futuro
Desde hace décadas, España hace oídos sordos al reclamo que mantienen historiadores y conservadores colombianos: el centenar de piezas del tesoro Quimbaya que atesora el Museo de América fue regalado hace dos siglos a la Corona por el gobierno colombiano.
El escritor mexicano Carlos Monsiváis, uno de los intelectuales más beligerantes en esta cuestión, considera insultante que los intelectuales europeos no hagan nada por restituir lo que él no duda en calificar de "robado". "Claro que tiene sentido reclamar", asegura. "En rigor, es un doble ultraje; se arrebatan las obras maestras y se les dice a las comunidades de donde surgen que se resignen; lo suyo es la forja de los objetos, esculturas, cerámica, joyas, códices, arte plumario, y hasta allí".
El historiador y crítico de arte Francisco Calvo Serraller, contrario a las devoluciones, cree que "la historia del arte está llena de expolios. Los museos nacionales de todo el mundo se han nutrido de obras de procedencia irregular. Lo que hay que prevenir es el futuro. El pasado es ya historia".
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