Autores e intérpretes
La primera entrega está destinada a las dos últimas sinfonías de Mozart (K. 550 y 551), como un adelanto, sin duda, de los gozosos festejos que se preparan para 2006, en que se cumplen los 250 años de su nacimiento. Le corresponde a Bach la segunda placa, a través de conciertos y de una de sus cuatro suites orquestales, en las cuales el conjunto Café Zimmermann propone sus puntos de vista interpretativos.
Beethoven no puede faltar en ninguna discoteca inteligente y nada mejor que hacerlo a través de su Novena Sinfonía, en este caso dirigida por uno de los más insignes intérpretes de la historia, Wilhem Furtwängler. Y ya en la cuarta placa se instala el piano, el instrumento romántico por antonomasia, con los Estudios Op. 10, las cuatro Baladas y el Andante Spianato y Gran Polonesa de Chopin, a cargo de Freddy Kempf.
La serie incluye a otros tres grandes genios del barroco, desde Monteverdi hasta Vivaldi y Händel, mientras el período clásico se completa con Haydn, y el romanticismo se expande por los caminos de Mendelssohn, Schumann, Schubert y Berlioz, y se prolonga con Brahms, Dvorak, Wagner, Mahler, Bruckner y los poemas sinfónicos de Richard Strauss.
No falta el post-romanticismo de Rachmaninov, mientras la primera mitad del siglo XX está representada por Debussy y Ravel, Schönberg, Stravinsky ("La consagración de la primavera" y "Petrushka", dirigidas por Karel Ancerl) y Bela Bartok con su "Concierto para orquesta".
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