Bergoglio pidió construir entre todos un país educativo
La educación, dijo, es "uno de los pilares para la reconstrucción de la comunidad" El texto completo del mensaje del arzobispo de Buenos Aires
Ante 4000 docentes y alumnos de escuelas públicas y privadas de la ciudad reunidos en la Catedral, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, llamó a "construir juntos un país educativo" y, al referirse a la reconstrucción del país, dijo que "cualquier proyecto que no ponga la educación en un lugar prioritario será sólo más de lo mismo".
El purpurado habló ayer durante la Misa de la Educación, donde brindó su mensaje anual, en el que pidió reconstruir el sentido de la comunidad y animó a los docentes a no bajar los brazos. Lo escucharon, entre otros, el ministro de Educación, Daniel Filmus; el jefe del gobierno porteño, Aníbal Ibarra; la secretaria de Educación de la Ciudad, Roxana Perazza; el vicepresidente primero de la Legislatura, Santiago de Estrada, y el secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri, entre otros.
Bergoglio, que cuando asumió en la arquidiócesis -en 1998- instituyó la Misa de la Educación como uno de los actos centrales del comienzo del ciclo lectivo, pidió a los docentes que "transiten el camino de la luz y la verdad y rechacen las tinieblas".
Subrayó que el camino para entrar en ese "cono de la luz" no es el de las palabras, sino el de los gestos y las actitudes. "Practiquen la benevolencia, la compasión, la humildad, la dulzura y la paciencia. En la tarea diaria de educar hace falta soportarnos unos a otros con paciencia y perdonarnos para crecer", agregó.
Otra cultura
El cardenal primado entregó a cada comunidad educativa el extenso mensaje, de 12 carillas, con una fuerte invitación a "construir sobre roca y gestar en las escuelas otra forma de seres humanos, otra cultura, otra sociedad". Los exhortó a "optar por la lógica del Evangelio, la lógica de la gratuidad con eficiencia, superando la destructiva ética de la competencia del todos contra todos".
En el texto se mostró compasivo con los docentes y los animó a no bajar los brazos: "No es ninguna novedad decir que vivimos tiempos difíciles. Ustedes lo palpan día a día en el aula. Muchas veces habrán sentido que sus fuerzas son pocas para enfrentar las angustias que las familias cargan sobre sus espaldas. Mi mensaje quiere invitarlos a descubrir una vez más la grandeza de la vocación que recibieron. La educación es uno de los pilares principales para la reconstrucción de la comunidad".
Amplia convocatoria
El lema del encuentro, "Con audacia construyamos entre todos un país educativo", fue interpretado con un gesto específico por la patria en la explanada exterior de la Catedral, al finalizar la Eucaristía.
Allí, dos bomberos ubicados en una grúa a 40 metros de altura descendieron con sogas y arneses para recoger del piso de la Catedral la bandera nacional y subirla a 80 metros. Miles de estudiantes, docentes y padres elevaron su mirada al cielo entre aplausos. La Fanfarria Alto Perú del Regimiento de Granaderos a Caballo interpretó la marcha "Aurora".
"Este gesto simboliza el deseo de rescatar nuestros valores e identidad y elevar nuestra mirada, nuestro corazón y compromiso con la educación", explicó José María del Corral, vocero de la Vicaría Episcopal de Educación y uno de los organizadores del encuentro matutino de ayer.
La homilía y el mensaje de Bergoglio fueron bien recibidos por la comunidad educativa.
"Fue pragmático. Nos invitó a educar no tanto con palabras, sino con la coherencia de nuestros gestos", dijo Gustavo Escobar, coordinador general del colegio Esquiú, de Belgrano.
"Me sentí respaldado. Esperemos que podamos llevar la esperanza y la paz a nuestras escuelas", comentó Armando Cittadini, rector del Colegio Don Bosco, de Congreso.
Al finalizar el encuentro, Filmus transmitió el "compromiso del Gobierno para que los docentes cuenten con el apoyo y la energía que necesitan para educar".
Luego, dijo a LA NACION: "Los docentes necesitan señales claras de que la sociedad está comprometida con la educación. Necesitan recuperar la autoridad perdida y para eso el Estado debe revalorizar su trabajo; colocarlos en las primeras filas".