Biblioteca Nacional: echaron ayer a 240 empleados
El plan de reducción de la planta es resistido por los trabajadores; asistencia médica por crisis de nervios
Los rumores de despidos en la Biblioteca Nacional que circularon con fuerza en los últimos días, al punto de llamar la atención de un grupo de intelectuales con Beatriz Sarlo a la cabeza que enviaron una carta pública en defensa de la institución, se confirmaron ayer, con 240 telegramas firmados por la actual dirección.
Los despidos afectaron diversas áreas, con énfasis en Cultura y el Museo del Libro y de la Lengua, desde donde en los últimos años se organizaron muestras, conferencias, presentaciones, publicaciones y hasta conciertos. En estricto off the record, varias fuentes de la biblioteca contaron ayer a LA NACION que el perfil al que apuntaría Alberto Manguel, director designado que asumirá en julio próximo, tiene que ver más con lo técnico que con lo cultural.
"Manguel no quiere un centro cultural", dijo un empleado de planta en cuyo sector hubo varios despidos. Anoche, para enviar el comunicado oficial sobre la situación que se vive en la biblioteca, la dirección recurrió a los pocos empleados que quedaron en prensa; hasta allí también llegaron los telegramas.
En medio de escenas dramáticas que incluyeron llantos y gritos de indignación de los despedidos y de muchos de sus compañeros, durante todo el día las autoridades llamaron por teléfono a cada uno de los 240 empleados para anunciarles su desvinculación. La tensión provocó desmayos y crisis de nervios, por lo que dos ambulancias tuvieron que acercarse al edificio de Agüero y Las Heras para asistir a los afectados, entre ellos la directora técnica bibliotecológica, Elsa Rapetti, que fue retirada en silla de ruedas. Entre los cesanteados figuran su hijo y su nuera embarazada, contaron a LA NACION varios empleados. Hasta Elsa Barber, directora interina hasta que asuma Manguel, sufrió una "descompensación" cuando el personal comenzó a exigir los nombres de quienes serían desvinculados.
Desde las 9 sonaban los internos para notificar los despidos, que fueron anunciados por orden alfabético. Muchos empleados se fueron del edificio a la espera de que les llegara (o no) el anuncio. En la plaza seca que bordea la biblioteca, se vivieron las escenas más dramáticas: gente llorando, desconcertada, porque no entendían por qué los echaban.
Muchos despidos recayeron en empleados que entraron entre 2013 y 2015, el período bajo observación del Gobierno, que ordenó revisar las contrataciones en todo el Estado a través de pautas impuestas por el Ministerio de Modernización.
La Biblioteca Nacional es un organismo autárquico, según el decreto N° 1386, de 1996. Depende del Ministerio de Cultura de la Nación, que ayer evitó pronunciarse sobre las razones de los despidos y optó por dejar que la voz oficial fuera la de la Biblioteca Nacional.
Anoche, la institución envió un comunicado en el que señaló al ex director Horacio González como el responsable del aumento del plantel. "En 2005, la biblioteca que contaba con 306 trabajadores, ha visto crecer su personal de manera constante a lo largo de la gestión de 10 años de su último director, Horacio González, hasta llegar a los 1048 actuales. Este crecimiento desproporcionado, sumado al gran número de irregularidades registradas en expedientes de contratación y a 50 casos detectados de personas que perciben remuneraciones sin asistir a la biblioteca ni cumplir ningún tipo de horario originaron esta decisión", dice el comunicado. Y agrega: "Pocos días antes del cambio de gobierno, González creó 142 cargos en la estructura de la biblioteca a través de nuevos departamentos, divisiones y programas. El futuro director de la biblioteca, Alberto Manguel, está trabajando en equipo con la actual directora, Elsa Barber, en el diseño de los planes para esta nueva etapa". Entre los carteles pegados en la biblioteca para protestar en contra de la reducción de personal se destaca un afiche casero con una foto de Manguel "intervenida" con una calavera y una frase: "Ser o no ser director... ésa es la cuestión".