Boicot a la distribución de El País
El diario El País, de Montevideo, se vio obligado a emplear bocas de venta alternativas el domingo último a raíz de que el Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de esa capital boicoteó la distribución de la edición, "en represalia" -según dijo oficialmente el diario- por un artículo publicado el sábado último, con el título "Por qué mueren los periódicos", donde se analizaba la situación actual de la prensa escrita en el vecino país. Ello fue confirmado a La Nación por fuentes del diario uruguayo.
Del artículo mencionado, que puede leerse on line, surge que "de lo que el lector paga por un diario o una revista, es decir, del precio de tapa, entre 40% y 50% se lo queda la distribución (los canillitas y su sindicato). Con el resto, la publicación debe asumir impuestos y aportes sociales de hasta un 41%. Es un milagro -continúa el artículo- que tengamos todavía el mayor índice de periódicos por habitante en América latina".
La nota tuvo su origen en el cierre de Guambia, una de las revistas de humor más queridas por los uruguayos.
Sin vender ejemplares
El sindicato, uno de cuyos conductores es el gremialista Eddie Espert, endureció su posición el sábado por la tarde, cuando comunicó a El País su decisión de no distribuir el diario. "Pero además, dijeron las fuentes del diario, exigió una rectificación de nuestra parte, así como el nombre del periodista que había escrito el artículo, lo que rechazamos."
Las fuentes calificaron el episodio como "muy grave" porque les ocasionó "perjuicio económico" y, en una nota editorial y un artículo que también se lee por Internet, el periódico explicó el asunto a sus lectores. Incluso el propio presidente uruguayo, Jorge Batlle, intervino para disuadir a los dirigentes gremiales el sábado último. Pero todo fue en vano.
La mecha fue encendida por un asunto de números. El porcentaje que cobra elgremio por la distribución, que en el Uruguay alcanza el 40% del precio de tapa, se convirtió en la piedra de la discordia. Hubo una rápida reacción política y social. Lectores, anunciantes, políticos y entidades protestaron por lo que consideraron "un atropello propio de épocas pasadas", dijeron en El País. Hubo cadenas de supermercados, farmacias, panaderías y vecinos que se ofrecieron a venderlo.
El gremio volvió a distribuir el periódico el lunes último. Y la semana próxima las partes se sentarán para analizar lo sucedido.