En la reunión mensual de ADEPA. Carrió cargó contra "crápulas y canallas", y atacó al Gobierno
Advirtió amenazas a la libre expresión
"Tres años de cárcel es menos que perder la dignidad ante crápulas y canallas", dijo Elisa Carrió anoche en un durísimo discurso en la comida mensual de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA).
"Es más importante decir la verdad que correr el riesgo; es un deber moral inexcusable. Yo no me asusto porque yo decidí qué hacer con mi vida", agregó. Un silencio expectante rodeó las palabras de la dirigente política, que llegó tarde a la reunión en el hotel City NH, acompañada por quien fue su candidato a vicepresidente, Gustavo Gutiérrez, y fue presentada por el titular de ADEPA, Lauro F. Laíño.
"La pregunta es si han robado o no, no si roban menos que los de antes", afirmó Carrió. Expresó que hoy es posible hablar de la verdad del poder que cayó, pero no del que está siendo ejercido. "Yo he perseguido a Menem -dijo-, pero eso es hacer un juicio de residencia. ¿De qué vale juzgar a un presidente cuanto todo sucedió; es casi como juzgar a Hernán Cortes, por terminar con los indios. Es preciso decirlo antes, porque ya no estamos en juego nosotros; nuestros hijos habrán de decir que alguna vergüenza nos quedaba", manifestó para cargar contra actuales autoridades.
"La figura del crápula que pasó (en referencia a Menem) es una figura que opera como comodín de los cínicos: los que roban menos pretenden ser honestos y más elegantes", agregó.
"Parece que son decentes porque se enfrentan a un crápula", dijo, aludiendo a los actuales gobernantes. E inmediatamente señaló que "al lado del Cardozo de Menem, De Vido puede ser el crápula".
Indicó que hay cosas que no es fácil decir porque muchos medios, especialmente en las provincias, dependen de la propaganda oficial. Si cualquiera dice "lo que no corresponde", le retiran la publicidad.
"Hoy otorgan la publicidad oficial para condicionar a los medios", añadió. Y señaló: "Van a extorsionar y van a vaciar de contenido cuanto sea necesario para poder dominar. La voluntad de dominio es superior a toda vocación por la República".
Señaló que desde hace seis o siete meses habla de la lenta pero clara restricción a la libertad de expresión en la Argentina. Apuntó que loca, apocalíptica y mística es lo menos que le dijeron, pero no reaccionó porque estimó que lo principal es la libertad de expresión. "Nunca pagué a un periodista y nunca llamé a un medio para protestar en diez años de vida política", dijo.
"Hay que dar testimonio", sostuvo. Y señaló que "sin un poco de verdad, los países se asfixian". Si falta ese testimonio, precisó, un pueblo se puede levantar un día, sin darse cuenta, viviendo bajo una dictadura, cuando ya nadie pueda hablar. Especificó que las dictaduras de hoy no son las de ayer, no son brutales: "Simplemente no se informa, se entretiene, no aparecen los grandes negocios".
Catedrática universitaria, Carrió citó casos de la antigua Grecia, se explayó sobre la modernidad e incursionó en la pérdida del sentido de la vida y el pragmatismo en que ha caído Occidente. Pero sus referencias apuntaban a la Argentina actual, donde insinuó que muchas de las restricciones que citó se están dando de manera peligrosa. "El poder no está en lo que se dice, sino en lo que se esconde", dijo.
"Este país nuestro necesita un contrato de decencia", concluyó. Y señaló que el caso de la prensa en San Luis es un espejo al que hay que mirar. "Hoy retroceden; pero intentan una vez, dos veces, y después lo hacen".
lanacionar