
Chicos, no intenten esto en sus casas
Noticia de último momento: no todos podemos ser ricos ni famosos ni siquiera populares en las redes sociales. Parece una verdad obvia aunque no lo es: la literatura de autoayuda nos convence de que es posible y hasta probable. "Hoy en día, nuestra cultura se halla obsesivamente orientada a expectativas positivas, pero poco realistas", escribe el bloguero neoyorquino Mark Manson en El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda, un pequeño-enorme fenómeno editorial que acaba de publicarse acá. Se nos dice: "Sé más feliz. Sé más sano. Sé el mejor, mejor que los demás. Sé más inteligente, más rápido, más rico, más sexi, más popular, más productivo, más envidiado y más admirado". Pero él, en su diatriba contra el positivismo terco o la tenaz revolución de la alegría, se vuelve revulsivo: afirma que los consejos inspiradores en realidad se centran en lo que carecemos y que no todos estamos hechos para ser extraordinarios.

Duro, ¿no? Es difícil asumir que no nacimos para el póster o el like y en este libro, que vendió más de un millón de ejemplares en inglés y se tradujo a decenas de idiomas, Manson pone como ejemplo de su teoría al escritor Charles Bukowski, el antihéroe perfecto del Gran Sueño Americano. Él quería ser escritor, pero durante años (¡décadas!) fue rechazado por las editoriales y dedicó su vida a las drogas, el alcohol, la timba y la prostitución. Muy constante en el fracaso y la autodestrucción, Bukowski recién encontró un editor dispuesto a publicarlo a los cincuenta años y en poco tiempo escribió su primera novela (Cartero, que al principio dice "no está dedicada a nadie") y se volvió un best seller. "Historias como las de Bukowski son el pan de cada día en la narrativa cultural", discute Manson: "Pero su éxito no derivaba de su determinación de ser un ganador sino del hecho de que él sabía que era un perdedor". Y a eso nos alienta a los demás: a ser crudos y honestos con nosotros mismos, a compartir nuestros fracasos sin temores ni dudas, porque la fijación con lo positivo solo sirve para recordarnos lo que nos falta o lo que nunca llegamos a ser.
"El problema es que si todo te importa mucho, es malo para tu salud mental", concluye Manson. Un televisor nuevo, cientos de likes en una selfie, libros superventas… ¿para qué? La frase de Santa Teresa es reveladora en esta época de interminables wish lists ("se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las no atendidas") y Bukowski lo supo hasta el final. Celebrado y millonario, en su lápida mandó a escribir un último consejo: "No lo intentes".

LISTAMANÍA
Cinco ideas de Mark Manson, el nuevo gurú de la antiayuda
- Hiperconsumo. En El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda, Manson dice que la acumulación material impide distinguir lo accesorio de lo importante.
- Sobreanálisis. Es un círculo vicioso que nos lleva a tener pensamientos sobre nuestros pensamientos y eso aumenta la ansiedad y la depresión.
- Espiritualidad. Abrumados por transmitir una imagen exitosa y popular, vivimos en una crisis que no es material sino existencial y espiritual.
- Insatisfacción. El deseo de una experiencia más positiva es en sí misma una experiencia negativa (y la aceptación de lo negativo es positivo).
- Aceptación. El mensaje final: ojalá podamos reconocer y aceptar nuestros fracasos y limitaciones porque ése es el camino al empoderamiento.