Cien años atrás
El representante neozelandés, correspondiendo á la actitud de su gobierno, ha tomado en la prensa londinense la defensa de los intereses ganaderos coloniales, reiterando la grave declaración de que ni la Australia, ni la Nueva Zelandia, consentirán en que sean preferidas las carnes argentinas en los contratos de provisión que haga para Sud Africa el gobierno de la metrópoli.
Estas dos afirmaciones se refutan á sí mismas y demuestran su inconsistencia, pues si aquellas colonias producen, como lo asegura el agente colonial, mejor carne y más barata, la preferencia á sus productos se impone por la razón más elemental y poderosa que es la del precio, y en este caso es innecesario recurrir á protestas oficiales para propiciarse la opción del comprador, que sin necesidad de estas incitaciones y apercibimientos se proveerá en aquellos mercados.
Pero las cosas no pasan así, y son los mismos contratistas los que se encargan de demostrarlo, al contestar á las insinuaciones del gobierno, que ellos han formulado su propuesta sobre los precios más favorables del mercado internacional del ganado, y con ese criterio han optado por el argentino. Este testimonio es el más autorizado, si ya no lo fuera por sí sola la confrontación de los precios corrientes que rigen en ambos países exportadores y que ponen en evidencia las ventajas del producto argentino.
Convendría, sin embargo, que nuestro gobierno, dándose cuenta de esta propaganda hostil é infundada que hacen los agentes coloniales á los productos ganaderos argentinos, interviniera para restablecer la verdad, no por cierto oficialmente...