Cien años atrás
Telegramas - Muerte de Julio Verne - PARIS, 24.- Aunque era esperada, ha causado sentimiento general la muerte del célebre novelista Julio Verne, que se hallaba enfermo hace algún tiempo.
JULIO VERNE - Ayer, en Nantes - Este anciano grande y venerable que había creado un género nuevo y que había sido el compañero intelectual de tantas generaciones infantiles, abrigaba al terminar su carrera una preocupación melancólica impregnada en las tristezas del desaliento. "No contaré nunca, para nada, decía, en la literatura francesa He pasado mi vida escribiendo y jamás se citará una sola de mis páginas como una muestra de belleza artística". Había ciertamente mucho exceso de pesimismo en esta idea que amargaba los últimos años del poderoso productor. Es cierto que desde el punto de vista de la estética pura poco habrá de brillar su nombre al lado de los maestros eminentes que han ilustrado en su época la tradición de las letras francesas. Pero no se podrá hablar en conjunto de esa admirable literatura sin recordar en primer término al brillante y profundo divulgador que supo armonizar con tan justa afinación las ameneidades de la novela y las enseñanzas de la ciencia, que llegó á vislumbrar y aun á anticipar tantas conquistas trascendentales del progreso moderno y que deja como fruto de su labor un monumento de erudición y fantasía llamado á perdurar como un testimonio permanente de su gloria. Gloria hemos dicho y no creemos que la apreciación sea exagerada. Julio Verne ha tenido el don de deslizar entre los vistosos tejidos de tramas imaginativas, no sólo las verdades científicas consagradas sino también las revelaciones incorporadas más tarde al capital de los conocimientos humanos...
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