De cal y de arena
Atardecer, un resplandor como de acero, California. La mirada tiene sus clichés, y ciertas enumeraciones llevan directamente a Blade Runner o distopías similares, plenas de paisajes apenas sombríos y soledad mecanizada. Pero no se trata ni del futuro ni de una película, aunque haya un auto que, fuera de toda lógica, no marcha a lo largo de la carretera, sino en línea recta hacia lo que parece ser un curso de agua. De hecho, lo es: se trata del acueducto encargado de saciar la sed de los territorios al sur del estado, particularmente afectados por la sequía. La gran noticia de la semana fue que, por primera vez en su historia, California logró cubrir casi el 100% de la demanda eléctrica con renovables. La mala noticia, que la crisis hídrica obligará a imponer severas restricciones a partir de junio. En la vida, como en el mejor cine, la felicidad siempre resulta elusiva.