De épocas heroicas y oportunidades perdidas
Entre los años 1949 y 1950, la Universidad Nacional de Tucumán creó el Instituto de Arte donde reunió un plantel de profesores compuesto por varios artistas. Fue justamente Spilimbergo quien convocó a jóvenes pintores de todo el país para desarrollar una experiencia de pintura mural en una iglesia de la capital tucumana, cuyo encargo acababa de recibir. En esos días, Spilimbergo ya estaba trabajando en los estudios para los murales de la iglesia. El gran mural nunca llegó a realizarse. Creo que en ese momento perdimos como país la oportunidad de tener nuestra Capilla Sixtina y nosotros, como estudiantes, la posibilidad de una formación que hubiera multiplicado nuestro bagaje y la experiencia vital de compartir con un maestro la ejecución de una obra de envergadura histórica. Creo que Spilimbergo se derrumbó con esta pérdida.
El autor es pintor
Carlos Alonso