Polémica en Londres. Debaten un impuesto al comercio de obras de arte
Varios artistas, en contra del proyecto
LONDRES (EFE).- Un proyecto que propone la imposición de regalías por la reventa de obras de arte acaba de instalar una polémica en el mundo del arte británico.
La Cámara de los Lores tratará pasado mañana una iniciativa que establece una suerte de derecho de autor que se pagaría a los artistas vivos y sus herederos hasta 70 años de su muerte cada vez que una obra cambie de manos. Se trata de una norma inspirada en el droit de suite del derecho francés, que ya está vigente en otros países europeos y que ahora se busca armonizar en toda la Unión Europea.
Los partidarios del proyecto afirman que los artistas y sus familias deberían poder beneficiarse con el aumento del precio en el mercado de las obras de arte, porque en muchos casos los autores no se ven suficientemente recompensados.
Más burocracia
Sin embargo, varios prestigiosos artistas británicos -entre ellos, David Hockney, Ian Davenport, Howard Hodgkin y Gillian Ayres- firmaron una carta pública en la que rechazan el proyecto, afirman que "hará poco y nada para la gran mayoría de los artistas", y argumentan que las regalías sólo generarán más burocracia y disuadirán a los marchands de comprar obras de artistas más jóvenes. Los firmantes de la carta agregan que los únicos artistas que se beneficiarán son los que ya son reconocidos y exitosos. Según un marchand francés, el 90% del droit de suite en ese país beneficia sólo a un puñado de familias.
Según el proyecto, las regalías serían de un 4% del precio de venta para todas las obras que superen los 1000 euros. La medida cuenta con el apoyo de la Sociedad para el Copyright de Artistas y Diseñadores, que administraría los fondos. Según ellos, se trata de una iniciativa vital para los artistas en crecimiento.
Los críticos de la iniciativa, en tanto, agregan otro argumento para su rechazo: afirman que una medida de este tipo pondría a Londres en desventaja competitiva y que las obras de arte podrían dirigirse a otros mercados sin estas restricciones, como Suiza o los Estados Unidos. La capital británica representa aproximadamente el 50% del comercio de arte europeo, con ventas anuales de más de 6100 millones de euros.
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