Gozaíni escribe esta importante obra en el momento más oportuno: en primer lugar, porque la publica cuando está ampliamente consolidado su prestigio como procesalista, a través de una producción reiterada y de alta jerarquía. En segundo lugar, porque algunas reformas recientes requieren una acabada explicación que no tiene mejor forma de expresión, justamente, que un Código comentado de contenido profundo y sereno. Por otra parte, la elaboración de una obra de esta naturaleza necesita amplitud de conocimientos, elección cuidadosa del mejor lugar donde se ha de ubicar la información doctrinal y sistematización de jurisprudencia. En este caso los objetivos han sido plenamente logrados.
En el libro se analizan y valoran, en particular, las nuevas disposiciones sobre deberes del juez, proceso por audiencia y otras instituciones procesales para cuyo buen éxito el autor valora acertadamente las que son compatibles con el sistema vigente. Opina que es indispensable la colaboración de los abogados y que no se debe consentir la corruptela adversa, que restaría la posibilidad de cobertura de algunas de las reformas. En cuanto a las innovaciones, discute su inserción en un esquema procesal que no es el de origen, destacando sus conocimientos en el derecho comparado. Cabe puntualizar la atinada reflexión que hace al considerar cada disposición y las sugerencias que concreta para jueces y abogados.
En definitiva, este Código comentado constituye una contribución de vastos alcances, absolutamente al día, llevada a cabo por quien domina la disciplina jurídica de que se trata, y de gran apoyo para magistrados y abogados, pues asegura la búsqueda rápida y efectiva. No tenemos dudas de que estamos frente a un código que hará época, por la esmerada atención que pone en la dimensión real del tiempo y espacio donde la ley viene a cumplir su rol.
