Poesía argentina. Después de la muerte
Héctor Viel Temperley
Después de la muerte,
alma mía,
no me lleves a pasear en coche
por esos aburridos domingos
de mi infancia.
Y cuidado, alma mía,
con la luz:
que no te vaya a prender fuego.
(Yo voy a ir sin manos
a tu lado.)
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