Poesía. Destino de un poeta
Obra literaria
Por Walter Adet/Ministerio de Educación de salta/484 páginas
Este libro reúne en un único volumen la obra literaria del poeta y ensayista Walter Adet (Salta, 1931-1992). A los materiales ya éditos se les sumaron diversos inéditos, cedidos a tal fin por su familia: todo ello configura un panorama, casi diríase un panóptico, que asombrará a muchos lectores no advertidos sobre los quilates de Adet.
Es muy significativo, como hace notar en el prólogo la profesora y compiladora María Eugenia Carante, el papel que cupo a la infancia en la poesía de Adet: una instancia dolorosa que patentiza el transcurrir temporal: " en la figura de la madre ( ) el poeta niño y adulto al mismo tiempo va construyendo el simbolismo de ´ese misterioso parto de dolor que es la existencia. Mención especial cabe para la obra ensayística del autor, que arroja una mirada finísima sobre nombres como César Vallejo, Quevedo, Cervantes, Miguel Hernández, Juan Carlos Dávalos y hasta de un gran raro como el colombiano Porfirio Barba Jacob, entre otros que, como señala Carante, "calaron hondo en lo universal humano, y en cuyo lenguaje Adet presume ´hilos de eternidad ". Su extenso e intenso ensayo sobre Vallejo es un modelo de análisis semántico y estructural, y abunda en párrafos agudos como éste: " Muchos aparentes caprichos o torceduras del discurrir de Vallejo, no son tales, sino auténticas joyas de nuestro más puro cofre".
Es el mismo Adet que supo ahondar en nuestro común destino en estos versos: "Soledad de los cuerpos/ sobre la piedra de la morgue,/ el único salón de exposición,/ la única muestra/ donde la forma está en el fondo". El poeta de quien pudo decir el inolvidable Edgar Bayley: "Van de la mano, en la poesía de Adet, lo más distante y lo más próximo; el caracol y la nube, la jaula de plumas y el alba, el desamor y la comunión, la casa y la intemperie, el río y la orfandad, el mediodía y las hojas plateadas, la claridad y el monte " Esta publicación de su obra poética, crítica y periodística, vuelve a situar al poeta salteño en el lugar que se merece.
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