"Durante 150 años hemos disfrutado de un modelo periodístico que hoy está puesto en debate. Tenemos que apostar a nuevos modelos que sean rentables. Están en crisis la distribución y los hábitos de lectura. Lo que no está en crisis es la demanda de comunicación, la sed de información. Tenemos que aprender a destilar, a procesar la información y conseguir que sea útil para los usuarios."
José Manuel Calvo es subdirector de El País, de Madrid, y responsable de la edición global de ese diario que hoy se distribuye en Buenos Aires, Ciudad de México y el Caribe, y que próximamente publicará otras ediciones en papel en más países de América latina. En una entrevista con LA NACION, afirmó que los diarios tienen futuro y explicó el desafío de la convergencia entre las redacciones para las ediciones en papel y online .
-¿No es contradictorio que, en estos tiempos digitales, El País aumente su proyección latinoamericana en papel?
-Es contradictorio y es arriesgado. Nuestra idea es reforzar nuestra presencia latinoamericana. Vamos a seguir apostando al papel, porque el pasado nos sigue valiendo. Somos un grupo de medios y una fábrica de contenidos que, a fin de año, crecerá de 10.000 a 40.000 ejemplares. Y hemos comenzado a integrar nuestras redacciones, la convencional y la digital. Hace dos años hicimos un rediseño externo del periódico, que nos llevó a un uso más racional del espacio, a titulares más conceptuales. Hoy estamos en un rediseño interno sobre cómo contar las historias, cómo hacer periodismo teniendo en cuenta Internet; tender a un periodismo más de interpretación, de análisis, de opinión, que incluya al lector. Llegó el momento de pasar a la información destilada. Al lector hoy le interesa lo que procesamos, no lo que ya se dijo.
-¿El desafío es qué incluir en la edición digital y qué dejar para el diario del día siguiente?
-Así es. No tenemos ninguna duda de que las primicias tienen que ir al periódico digital, porque es el que da primero la noticia. El periodista digital tiene que ser rápido y preciso, y no preocuparse por la extensión de la historia, aunque sí por los videos y la galería de imágenes. Y el periódico en papel tendrá que dar las claves para ampliar la lectura al otro día.
-¿Se confunde la crisis de la empresa periodística y la del periodismo?
-Sí, pero la confusión es obligada. Si no tenemos un modelo de negocios que nos financie, no podremos contar historias. Hay una crisis económica, de publicidad, de modelos. Y la crisis del periodismo será porque no sabemos contar historias, ya que las nuevas herramientas nos permiten rescatar viejas técnicas y poner mejor el oído. Tenemos que contarle a la gente lo que le pasa a la gente. Si tenemos Facebook y Twitter, tenemos que usarlos. Eso no va a reemplazar los criterios de periodismo tradicional.
-¿Qué tipo de periodista exige este tiempo digital?
-No queremos un periodista orquesta, con un micrófono en una mano, una cámara de video en la otra, un gorro digital y una pluma en la boca. Queremos que la mejor gente se especialice y se complemente. El periodista tiene que ser mejor y estar mejor formado, porque hoy el usuario tiene nuevas herramientas a su alcance. Lo que valoran nuestros lectores es el criterio y la experiencia en el periodismo. Y nosotros valoramos la relación de los jóvenes periodistas con los nuevos medios.
