El Gobierno se enfrenta con entidades y figuras del cine
Ralph Haiek asumirá la presidencia del organismo con un fuerte respaldo político; asociaciones del sector reclamaron la renuncia del ministro Avelluto
El Gobierno pondrá en marcha pasado mañana una etapa de fuertes cambios en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) después de la crisis provocada por el despido de Alejandro Cacetta como presidente del organismo, decidido el miércoles último por el Ministerio de Cultura luego de una denuncia televisiva.
Ralph Haiek, que se desempeñaba hasta ahora como vicepresidente, ocupará tras la Pascua el lugar de Cacetta con dos objetivos: la transparencia y la modernización del organismo, y la defensa de los recursos que recibe el cine argentino a través de los planes de fomento. Para cumplir ese doble mandato, Haiek llega con un fuerte respaldo político y línea directa con la Presidencia.
La idea del Gobierno es encarar una "solución institucional integral" en el Incaa, según adelantó la responsable de la Oficina Anticorrupción (OA), Laura Alonso . Ese organismo y el Ministerio de Cultura se ocuparán de "transparentar al máximo" el manejo de los recursos del Incaa. A la vez, la OA analiza los hechos denunciados el martes último en el programa Animales sueltos y que provocaron al día siguiente el desplazamiento de Cacetta.
Las respuestas que me dio Alejandro no me satisficieron y entonces hice lo que corresponde: le pedí un paso al costado. Pablo Avelluto""
La crisis abrió un frente de conflicto casi inmediato entre el Gobierno y la mayoría de las entidades del quehacer cinematográfico local. El jueves, la llamada Asamblea Abierta de la Comunidad Audiovisual, que colmó la sala principal del cine Gaumont, reclamó la renuncia del ministro de Cultura, Pablo Avelluto "por sus acciones incompatibles con la defensa del cine nacional". También refirmó su apoyo a la autarquía del Incaa establecida por la Ley de Cine y pidió que el nuevo presidente del Incaa surgiera entre candidatos propuestos por "una asamblea representativa de la comunidad audiovisual". El documento está firmado por 17 entidades de productores, directores, técnicos, distribuidores y actores, con la adhesión de un centenar más. Volverán a reunirse el próximo miércoles, a las 19, en el Gaumont.
Este colectivo, por lo general muy crítico de la política cultural de la administración de Macri, no fue el único en rechazar el nuevo escenario planteado en el Incaa. Algo parecido ocurrió entre algunas personalidades muy influyentes de la industria que simpatizan con el Gobierno, como Juan José Campanella y Adrián Suar. El primero calificó desde Twitter el despido de Cacettacomo una "horrible y torpe opereta" y difundió desde esa red social un comunicado de varias entidades agrupadas en la Cámara de la Industria Cinematográfica, junto a la Academia del Cine de la Argentina, en el que cuestionaron "la toma de decisiones sin consenso ni diálogo" y rechazaron las "imputaciones de supuestas irregularidades o hechos de corrupción que, con absoluta liviandad y falta de rigor, fueron formuladas públicamente". También en Twitter se pronunció Suar: "Creo y confío en la honestidad, capacidad de trabajo y eficiencia de Alejandro Cacetta al frente del Incaa. Todo mi apoyo para él".
No hay una persona en la industria del cine, ni una, que tenga dudas sobre la honestidad de Alejandro Cacetta Juan José Campanella ""
Avelluto no tardó en responderle a Campanella. "Hay expedientes, hay números. Los tuve en mis manos, no me los contaron. No actuamos en función de operetas, actuamos porque hay cosas que no son claras", dijo anteayer a Radio Continental. En la víspera, el ministro desvinculó a Cacetta de las denuncias, al definirlo como un "hombre honesto y con mucha trayectoria" y dijo que desde hace un mes empezó a recibir datos sobre supuestas irregularidades ocurridas "debajo" del funcionario despedido. "Me hubiera gustado una actitud más decidida por parte de Alejandro, que habrá tenidos sus motivos, pero esto no mancha su buen nombre y honor", dijo a Radio Mitre.
Estas últimas declaraciones están en línea con la decisión oficial de dejar a salvo la honorabilidad de Cacetta. En cambio, hay fuertes cuestionamientos hacia Pablo Rovito, rector de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc) y uno de los mencionados en la denuncia televisiva, a quien el Gobierno tiene bajo la lupa por sus vínculos con las conducciones del Incaa durante el kirchnerismo.
Las entidades reunidas en el Gaumont cerraron filas en respaldo de Rovito y reclamaron con énfasis su continuidad. En Cultura, en cambio, esperan que en las próximas horas presente la renuncia. Consultado ayer por LA NACION, Rovito respondió por escrito que tenía decidido no hacer ningún tipo de declaración. Lo que el Incaa ya tendría resuelto es llamar a concurso en los próximos 90 días para designar a un nuevo rector en el Enerc. El mandato de Rovito concluye a fines de este año.
También se esperan cambios en la integración de los cargos gerenciales de la entidad. Todo esto ocurrirá a partir de pasado mañana, luego de la pausa impuesta por el feriado de Pascua. Casi al mismo tiempo, Proyecto Cine Independiente, que nuclea a un centenar de realizadores locales, prepara un encuentro público en el que alertará sobre los riesgos de la situación de crisis planteada entre el Gobierno y las entidades que representan al cine argentino desde el despido de Cacetta. El conflicto seguirá abierto durante la próxima semana.