El otro Botero
Las obras del colombiano enriquecen el ecléctico panorama porteño de muestras
La inauguración de "El dolor de Colombia en los ojos de Botero" , en el MNBA, marcó uno de los puntos más altos de una semana de inauguraciones, que coloca a Buenos Aires en una posición única como capital cultural del Mercosur. El regreso de las exposiciones internacionales, además de los acuerdos sellados entre el jefe de gobierno Telerman y el ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil, consolidan la idea de sumar el calendario expositivo a los atractivos que exhibe la ciudad.
Por primera vez, Botero se asoma al territorio de la violencia, sin abandonar la estética de la desmesura. Estas obras, son 23 óleos y 27 dibujos, integran la colección que donó al Museo Nacional de Colombia con la intención fijar en el registro pictórico la violencia de las calles de Bogotá. Sin embargo, la brillantez de la paleta, los fondos lisos y la pintura de textura plana le restan dramatismo a las escenas narrativas, convertidas en una suerte de imaginería popular.
Un éxito inesperado resultó la subasta de vacas intervenidas por artistas que integraron la muestra Cow Parade en Puerto Madero. Gran mérito para el trío de rematadores integrado por los Sáenz Valiente y Rodrigo Rueda, capaces de remontar las ofertas hasta cotas impensadas. Los mejores precios fueron para Martiniano Arce, Marta Minujin, Rogelio Polesello, Ides Kihlen, Antonia Guzmán, Febe De Felipe y Ana Werthein.
La agenda de la semana se completa con la apertura de una muestra consagrada a la obra de los mexicanos Frida Kahlo y Diego Rivera, que permite aproximarse al universo íntimo de dos personalidades intensas.
Pasó por Buenos Aires el mexicano Augusto Uribe, por años experto de arte latinoamericano de Sotheby s, que tuvo un importante papel en la valorización de la obra de Frida. Hoy, como integrante del staff de arte moderno e impresionista, Uribe apunta sus intereses en otra dirección como lo demostró su conferencia consagrada a las mujeres de Picasso en el MNBA. Apasionante ángulo que inspiró una recordada muestra del MoMA neoyorquino.
La ola de récords puede seguir: Christie s incluirá en su venta de noviembre un retrato de la época azul que inmortaliza a Casagenas, íntimo amigo del joven Picasso que compartía noches de juerga y un par de guantes de gamuza amarilla.
En el circuito de galerías, se luce Lucrecia Orloff en Palatina. Se trata de obra gráfica inspirada en el mundo del teatro y del circo. Por la economía de recursos y la intensidad de las escenas congeladas sus papeles conquistan un espacio de trascedencia.
Vuelven a deleitarnos las esculturas de Vechi Logioio, en galería Rubbers. Bienvendidas la sutileza y la manera como despliega en el espacio metales ondulantes. Es una buena noticia que puedan verse en Buenos Aires las piezas de la colección de Mateo Goretti y de otras procedencias presentadas en el Museo Fernández Blanco por la Fundación Ceppa. Hay una historia de desencuentros con estos tesoros precolombinos; una cuenta que debe ser saldada de la mejor manera.