El proyecto despertó dudas y críticas
La noticia del posible traslado del Museo Nacional de Bellas Artes al Correo Central fue recibida con ciertos reparos en el ambiente de las artes visuales.
"El proyecto es atractivo, pero el Correo tendría que ser transformado para su nuevo uso sin perder su forma por fuera", opinó el pintor y arquitecto Clorindo Testa.
"No me parece una idea descabellada, pero, urbanísticamente, la localización del Correo me parece ilógica: hoy Bellas Artes está ubicado en una zona reconocida, donde además están el Palais de Glace y el Centro Cultural Recoleta", sostuvo el arquitecto Alfonso Corona Martínez.
El pintor Carlos Gorriarena rechazó la propuesta: "Me parece un proyecto faraónico, con olor a rancio. Mudar el museo sería más de lo mismo, pero en una peor ubicación", dijo.
Entre los artistas consultados por LA NACION, algunos destacaron la necesidad de buscar un espacio más amplio para el Bellas Artes.
"Una de las grandes deudas del museo es poder exhibir un mayor número de obras argentinas en la sala permanente", afirmó el curador Jorge López Anaya.
Testa coincidió en esa apreciación: "La sede actual es muy chica como para albergar todo el patrimonio que tiene para exhibir", dijo.