"Más allá de Francia, ¿cuál es el lugar más mágico para un tenor para cantar? ¿Nueva York, la Scala de Milán, Londres?", le preguntó hace dos años el conductor de un programa televisivo francés al célebre intérprete alemán Jonas Kaufmann. Su respuesta se viralizó de inmediato en redes sociales: "El teatro más fascinante tal vez –dijo sin dudar– pero sobre todo con la acústica ideal del mundo está en Buenos Aires: el Teatro Colón de Buenos Aires. Es verdaderamente increíble, tiene una acústica soñada. Querés llevártela contigo. Es un verdadero sueño."
Ese testimonio se incluye ahora junto con otros de grandes escritores en El alma de un gigante, libro de más de doscientas páginas editado por el propio teatro, que se presentará este miércoles. Resultado de un trabajo de equipo liderado durante tres años por el artista Marcelo Brodsky, que seleccionó e intervino imágenes de archivo, revela la historia humana oculta detrás de la famosa acústica: la de cientos de personas que trabajan en las sombras para que otros puedan brillar sobre el escenario.
Entre ellos, muchos inmigrantes. Como el "Tano", coordinador general escenotécnico del teatro, considerado "la memoria", del Colón. "La primera vez que entré al teatro fue en 1960 –cuenta-. Yo era muy pibe, tenía 19 años, y todavía me costaba hablar español, porque vine de Italia a los 12 años y medio. En los ‘60, acá en el teatro casi se hablaba en italiano."
Junto con imágenes que muestran al pintor Raúl Soldi realizando su célebre mural en la cúpula del teatro, el libro permite acceder a aquellos rincones restringidos al público. Por ejemplo la zapatería, la peluquería y los talleres donde se diseñan los vestuarios.
"Está inspirado en un libro de la Ópera de París y tiene el tamaño de un programa del Colón. Es todo lo contrario de un coffee table book: ambicioso en su contenido, pero modesto en su presentación", señala Brodsky.
Fue convocado para la tarea por María Victoria Alcaraz, directora general del teatro, quien procuró poner el foco en "los secretos de los oficios que se transmiten de boca en boca y hacen posibles las grandes producciones", así como "la creatividad silenciosa que se plasma en los talleres".
A continuación, algunos de los testimonios incluidos en el libro:
"Me parece un lugar paradisíaco y por supuesto diabólico, en el mejor sentido de la palabra. Ha de ser favorable a la iniciación de un amor infinito o imposible. Un aeródromo donde los motores son música y los aviadores cometas".
(Silvina Ocampo)
"En la época en que yo iba casi diariamente a los conciertos en Buenos Aires (y de uno de ellos salió el cuento, escrito casi de inmediato) me impresionaba una extraña sensación de amenaza que me parecía advertir en el histérico entusiasmo del público. Esto llegó a su límite cuando Arturo Toscanini dirigió conciertos en el Colón, y llegué a sentir algo muy parecido al miedo. Mi propio entusiasmo, provocado casi siempre por los compositores y no por los intérpretes (que suelen desplazar a los primeros en el ánimo de los oyentes, cosa por lo demás comprensible y muchas veces justa), se sentía como aislado en una especie de jungla de alaridos de la que procuraba alejarme lo antes posible".
(Julio Cortázar)
"Cuando Manuel Mujica Láinez me dijo que por el tema y el carácter de mi pintura podría yo decorar la cúpula, me pareció un sueño irrealizable. Jamás olvidaré el asombro que me produjo su insinuación. Cada vez que iba al Colón miraba con insistencia ése enorme hueco de un incierto color sepia y nunca se me hubiese ocurrido que un día lo llenaría de figuras. Al poner manos en el proyecto, pensé fijar en el techo todo lo que acontece y aconteció en el escenario. De este modo surgió la idea de esa ronda en espiral invadida por cincuenta y una figuras, incluyendo los "duendes del teatro", que logré rescatar escondidos en cada rincón del mismo"
(Raúl Soldi)
"En la parte constructiva de la escenografía se usan palabras en italiano. Porque cuando se abrió el Teatro Colón, no se abrió con gente de Argentina, trajeron tanos."
(Antonio Gallelli, coordinador general escenotécnico del Colón)
PARA AGENDAR
El alma de un gigante se presentará el miércoles 7, a las 19, en el Salón Dorado del Teatro Colón (Libertad 621).
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