"Cara a cara con los intelectuales", en Punta del Este. El uso del lenguaje, según Bordelois
La lingüista criticó la invasión de las malas palabras y los vocablos extranjeros
PUNTA DEL ESTE.- En la sala del hotel Las Dunas no quedaba un asiento vacío. Alrededor de 200 personas asistieron anteayer a otra conferencia del ciclo "Cara a cara con los intelectuales", presentado por LA NACION y Zurich, en la que el periodista Pablo Sirvén entrevistó a la lingüista Ivonne Bordelois, que el año último ganó el premio de ensayo LA NACION-Sudamericana por su libro "El país que nos habla".
Desde los altibajos de la comunicación presidencial en el país hasta las malas palabras, la femineidad y la lengua, el chat, la televisión y el rescate de la poesía, la conversación atravesó varios temas, siempre vinculados con el lenguaje y sus usos, como gran eje de la noche.
El asunto que inauguró la conferencia fue el lenguaje gestual en su carácter de símbolo. "Hay que estar atentos a los cambios que aportan otros lenguajes", señaló Bordelois y dio un ejemplo reciente, el del presidente electo de Bolivia, Evo Morales, cuando hizo su primera aparición como presidente usando un pulóver de alpaca. "Eso fue un gran golpe, una ruptura total que pone de relieve que el protocolo se disfraza muchas veces de burguesía", dijo.
Femenino y masculino
Bordelois escuchó que a la ministra de Economía Felisa Miceli se la llama "ministro". "No debe decirse «la ministro». Así como hay maestras, hay ministras. No por ser un cargo de mucho poder ligado en general a hombres quiere decir que no se puede usar el femenino. Esto es un retroceso de la conciencia. En la Argentina el feminismo es una mala palabra", dijo la escritora con ímpetu, y se preguntó por qué si una mujer se profesionaliza tiene que abandonar su femineidad.
El primer discurso presidencial de Kirchner fue subrayado por Bordelois como una señal positiva ("fue brioso; tuvo fuerza"). Por otro lado, criticó los usos ofensivos del lenguaje (la burla al ex presidente Fernando de la Rúa en un programa televisivo) y alertó contra la censura al programa radial de Pepe Eliaschev. "Me parece grave y es una señal alarmante contra la libertad de prensa. Hay que tener cuidado", dijo.
Pero las críticas más severas se las llevó el lenguaje de los medios, en particular el de la televisión. "Existen muchos programas de burla entre colegas. Debería haber programas de más nivel cultural. Habría que presionar mediante ONG o conseguir fondos para abrir canales culturales", dijo, y agregó que los televidentes tienen su parte de responsabilidad. "Los mismos consumidores de los medios somos responsables porque concedemos y les damos rating a programas intrascendentes."
Los nuevos usos del lenguaje también estuvieron presentes. Bordelois señaló que, aun sin que muchos de los que los usan sepan cómo se llaman, los oxímoron están de moda. Son palabras que encierran su contradicción. La autora dio algunos ejemplos: "fiesta mortal" o "conocí a una persona infernal", en el sentido de alguien divertidísimo. "La gente busca jugar. Esto pasa cuando se gastan las palabras", señaló.
Se habló también de las invasiones al lenguaje, como las de los vocablos extranjeros, las malas palabras y la comunicación en Internet. "Creo que hay una reprimenda social general contra los chicos y hay que tener cuidado con ser tan severos con ellos, porque hacen un esfuerzo para condensar el lenguaje", afirmó.
La escritora manifestó una preocupación relacionada con el avance de la comunicación cibernética. "Lo grave del chat es que aleja en contacto físico creando una especie de fobia. El contacto se establece de manera electrónica, abstracta y poco saludable. Falta la carne, la piel", describió.
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