En medio de incidentes reeligen a Hallú
La FUBA atacó a pedradas las vallas custodiadas por la policía y hubo una feroz refriega; en el Congreso se votó al rector en 15 minutos
Quince minutos fueron suficientes para reelegir al rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Rubén Hallú, en el "subsuelo de la democracia", como lo llamó uno de los periodistas que no pudieron ingresar en el edificio anexo del Congreso de la Nación, donde ayer sesionó la asamblea universitaria.
Afuera, en la calle, volaban los cascotes y el gas lacrimógeno provocaba vómitos tanto a los policías, que esta vez recibieron la orden de garantizar la realización de la sesión convocada por la UBA, como a los militantes de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) que intentaban a toda costa impedir la reunión.
La tensión que se respiraba desde antes de las 8 en el Congreso -vallado en todos sus accesos y con un gran despliegue de carros hidrantes, patrulleros y oficiales- explotó cinco minutos antes de las 9 y duró poco más de media hora.
Los incidentes dejaron, según el SAME, un solo herido que debió ser derivado a un hospital por una herida cortante y, según el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, varios agentes también sufrieron heridas. No hubo detenidos.
El puntapié inicial de la refriega fue la prohibición del acceso por la esquina de Callao y Rivadavia, vallada de lado a lado, a 25 consejeros estudiantiles simpatizantes de la FUBA, liderada por el Partido Obrero. Los jóvenes quisieron atravesar una de las vallas y la policía los golpeó. Sus compañeros comenzaron a lanzar piedras y proyectiles de todo tipo, con gomeras. Los uniformados respondieron disparando balas de goma, gas lacrimógeno y agua coloreada de azul para identificar a los manifestantes.
La mayoría de los consejeros -decanos, profesores y graduados- llegaron al Congreso en seis combis y en subte, desde Plaza de Mayo. Los 25 consejeros estudiantiles llegaron hasta el hall del anexo del Congreso y allí quedaron arrinconados y custodiados por la policía, sin que se les permitiera el ingreso. Sólo los dejaron salir una vez que terminó la elección. Se retiraron acompañados por el decano reelecto de Ciencias Exactas, Jorge Aliaga, y el actual titular de Ciencias Sociales, Federico Shuster. Ambos son consejeros, pero no participaron de la asamblea por oponerse a la modalidad con la que "se desarrollaban las cosas". Consultado Hallú sobre el grupo de la FUBA que quedó afuera, dijo: "Si eso ocurrió, no lo puedo explicar, porque no estuve ahí".
Mientras en el auditorio los cinco consejeros de la FUBA que habían logrado ingresar antes de las trifulcas intentaban impedir con sus gritos el desarrollo de la asamblea, afuera sus pares rompían veredas y lanzaban piedras contra los policías.
"Dado que la asamblea se convocó con el único propósito de elegir rector, propongo la candidatura de Rubén Hallú. Lo conozco desde hace muchos años y demostró con su gestión en estos años haber podido llevar adelante una universidad convulsionada. Aumentó el presupuesto, convocó a la asamblea universitaria que hacía años que no se convocaba y se reformularon artículos del Estatuto", dijo el decano de Veterinaria, Marcelo Míguez. Levantaron la mano para adherir a su propuesta, la única, 144 de los 158 asambleístas presentes. Uno se abstuvo y 13 no votaron. No hubo votos negativos.
Para las diez, los consejeros y los estudiantes ya se habían retirado. La plaza, las veredas y las calles circundantes quedaron devastadas. En las horas que siguieron trabajaron en la zona nueve barrenderos con dos hidrolavadoras y dos camiones compactadores que recogieron 700 kg. de basura, en su mayoría escombros. El gobierno porteño anunció que pedirá a la Justicia que intime a los autores de los disturbios a pagar los daños, que estimaron en 20.000 pesos.