España ratificó su voluntad de apoyar a la Argentina

El consejo de ministros de España aprobará hoy un préstamo -que por sus condiciones es una verdadera donación- de 100 millones de euros para apoyar a la Argentina.

Así lo comentó anoche el embajador de España, Manuel Alabart, invitado en la comida de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), en el Club Español.

El disertante fue presentado por el presidente de ADEPA, José Claudio Escribano, quien destacó la presencia en la comida de varios representantes del diario El Cronista, del grupo español Recoletos.

El embajador dijo que la profunda crisis que sufre la Argentina afecta a España, unida a nuestro país por una historia común, por intercambios humanos sin parangón y, finalmente, por razones económicas que son recientes: las inversiones españolas empezaron hace diez años.

El desafío del otro

Alabart dijo que España aceptó el desafío del otro, de la apertura al mundo, después de un período de aislamiento, de economía cerrada. Se dio en los años 60 con los tecnócratas en el gobierno, en 1975 con la asunción del rey Juan Carlos y en 1986 con la entrada en la Unión Europea. Y ha cambiado muchísimo. España es la segunda economía del mundo más abierta, después de Canadá. Hasta hace 10 años tenía un alto desempleo y hoy tiene 1.300.000 inmigrantes legales.

Hay un deber de solidaridad, de un país que fue de emigración, pero también una necesidad. Sin inmigración, por la tendencia demográfica actual, a mediados del siglo XXI España tendría 10 millones de habitantes menos y no podría mantener el estado de bienestar ni sostener el sistema de jubilaciones.

España se mantuvo en los 60 y 70 por las remesas que enviaban sus emigrantes y después tuvo como palancas de crecimiento el turismo y las inversiones extranjeras, lo que trajo un cambio de mentalidad.

Y pasó a exportar capitales, hasta representar en los años 90 el 50% de la inversión extranjera en Iberoamérica. La palabra más usada en España es reto, sinónimo de desafío. Alabart dijo que los españoles no son capitales golondrina, quieren permanecer a largo plazo.