Fin de una controversia judicial para un libro de Borges
Una primera edición de "Fervor de Buenos Aires" que iba a ser subastado en Londres; el remate se frenó para investigar si había sido robado a la Biblioteca Nacional, pero se comprobó que no era el mismo ejemplar
(Télam).– El juez federal Ariel Lijo dispuso que la Biblioteca Nacional fuera depositaria de un ejemplar de la primera edición del libro "Fervor de Buenos Aires", escrito por Jorge Luis Borges, a pesar de que los peritos determinaron que no se trata del mismo ejemplar cuya sustracción había sido denunciada.
Fuentes tribunalicias señalaron que se trata de un libro que voluntariamente entregó al juzgado el coleccionista italiano Marino Massimo De Caro, quien dijo que una vez finalizada la causa judicial donará la obra a la Biblioteca Nacional.
De Caro –profesor de la Universidad de Verona, bibliotecario de la Catedral de Orvieto y consultor de la Biblioteca Vaticana– afirmó que compró la obra en Milán y que pensaba incluirla en una subasta que se iba a realizar en noviembre de 2003, en Londres.
Denuncia. Al publicarse los catálogos de aquel remate, María Kodama, la viuda de Borges, y Alejandro Vaccaro, un biógrafo experto en la obra del escritor, se presentaron en el expediente (que tramitaba desde setiembre de 2000 por denuncia de la Biblioteca Nacional) y afirmaron que la obra a subastarse en Londres sería la desaparecida.
El coleccionista tuvo que viajar entonces a la Argentina y puso el libro a disposición de la justicia para que se realicen los peritajes correspondientes.
Las denuncias de Kodama y Vaccaro hicieron que "se retiraran ofertas de potenciales compradores de las obras que integraban la colección y que iban a ser subastadas" lo que le provocó a De Caro "un muy importante perjuicio económico" que estimó en el orden de los dos millones de dólares "más los daños morales".
Desconfianza. Según indicó el coleccionista, "la gente desconfiaba que todos los objetos tenían dudosa procedencia. Quedó demostrado que no es así".
De Caro agregó: "Una vez finalizada la etapa judicial, hará la entrega de la obra para enriquecer el patrimonio cultural de un país al que amo, mientras otras personas quieren ceder sus colecciones al exterior".
La fuentes judiciales, en tanto, indicaron que en la causa existe un informe de septiembre de 2004 en el que expertos de la Secretaría de Cultura le señalan a Elvio Vitali, entonces director de la Biblioteca Nacional que "el libro aportado por De Caro no es el ejemplar sustraído".
En el mensaje dirigido a Vitali por el abogado Gustavo Núñez se afirma que "no se ha podido demostrar que el libro aportado por De Caro es el que fue sustraído de la Biblioteca" ya que, "más allá de las diligencias probatorias que puedan practicarse", hay "marcadas diferencias" entre ambas obras.
De Caro recordó que se trata de una edición "de autor" limitada (de 500 ejemplares) que Borges encargó para repartir entre sus amigos que, como toda impresión precaria, "tiene características propias que la hacen particular por lo que no se entiende que personas idóneas como Vaccaro y Kodama puedan haber sospechado siquiera que se trataba del ejemplar sustraído".
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