Recambio generacional. Impulsan un nuevo perfil de conducción en las escuelas porteñas
Darán paso a directores más jóvenes
El gobierno porteño impulsa un cambio en el perfil del director de escuela. Desde la Secretaría de Educación se promueve que el nuevo conductor de los establecimientos educativos tenga menos de 40 años, participe de los cursos de formación dictados por el Centro de Pedagogías de Anticipación (CEPA) y esté atento a la problemática actual de los jóvenes.
Según datos del área educativa del gobierno porteño, en menos de cinco años dejarían sus cargos más del 60% de los 2384 directivos de establecimientos de gestión pública de la ciudad de Buenos Aires. Se trata de un recambio que no reconoce precedente –por sus dimensiones– en las últimas dos décadas.
Los nuevos directores, que deben aprobar un concurso público, reemplazarán a los que asumieron hace por lo menos diez años, cuando se hizo la última titularización de cargos, en virtud de su antigüedad en la docencia.
El gobierno espera tener conductores de escuelas que, sin descuidar los aspectos académicos, mantengan una relación fluida con los alumnos. “Se van directores con muchos años de prácticas de enseñanza que no digo que no sean buenas, pero sí que es positivo que lleguen a esos cargos docentes con perspectivas nuevas”, dijo a LA NACION Roxana Peraza, secretaria de Educación del gobierno porteño. A su juicio, los cambios en el sistema educativo comenzarán a notarse ya durante el próximo año por la facilidad que hay ahora para jubilarse.
Desde mayo último -cuando entró en vigencia la nueva ley de jubilación docente Nº 24.016-, los directores porteños dejaron de prestar servicios con el 82% del último sueldo totalmente "blanqueado", es decir, el que incluye las sumas fijas no remunerativas.
Hasta ese momento, un maestro o director porteño se jubilaba con menos del 40% de su salario, a los 60 años las mujeres y a los 65, los varones.
"La nueva ley de jubilación docente redujo la edad a 57 y 60 años, respectivamente, y fijó una retribución del 82% del sueldo. A esto hay que sumar la inclusión en el sueldo de las sumas consideradas no remunerativas", dijo a LA NACION Mirta Fernández Treviño, secretaria adjunta de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE). Treviño se refirió así al acuerdo firmado el viernes último entre los trece gremios docentes porteños y la Secretaría de Educación que estableció para todos los docentes la incorporación a los salarios de las sumas "en negro" que no eran consideradas para el cálculo de la antigüedad y la jubilación. Una medida especial del gobierno porteño ya había "blanqueado" los sueldos de los docentes que decidieron jubilarse a partir de mayo.
Según Peraza, el gobierno hizo "una fuerte inversión para blanquear y recomponer el salario a fin de que se puedan jubilar mejor los que ya están en edad".
Con este objetivo, además, el año pasado inició concursos públicos para las vacantes directivas en las escuelas secundarias. Se presentaron 614 postulantes para 187 puestos en 170 escuelas. Para el resto de los niveles se hacían concursos desde 1986.
Como un gerente
La tarea del docente que pasa del aula a la dirección requiere habilidades similares a las de un gerente.
Un buen directivo es, para Peraza, alguien que "pueda acompañar, aconsejar, evaluar los desempeños docentes; que tenga una fuerte preocupación en relación a lo académico y que esté cerca de los jóvenes y en contacto con ellos. También debe ser alguien que genere herramientas para acompañarlos en situaciones difíciles y que pueda trabajar en equipo". En cuanto a la autonomía del director, en relación con el gobierno, Peraza dijo del director: "Es un funcionario público que, en algunas áreas, tiene mayor capacidad de decisión. No puede hacer lo que le parece. Se trata de establecer códigos en común".
La rectora de la Escuela Normal Superior Nº 1, Martha Ordón, asumió en octubre último luego de catorce años de ser vicerrectora del nivel terciario. Es responsable de cuatro niveles educacionales en los que estudian 3500 alumnos, trabajan 500 docentes y otros tantos no docentes. Piensa jubilarse apenas pueda concretar un proyecto que viene planeando desde hace varios años. "La tarea directiva desgasta más por su aspecto administrativo que por lo estrictamente pedagógico", opina.
Un caso parecido es el de Liliana Franchini, directora de la Escuela Nº 20 República del Ecuador, que planea presentar los papeles para la jubilación en los próximos meses. "A pesar de que amo la docencia, reconozco que he cumplido y que hay que dejar espacio a los más jóvenes", dijo a LA NACION.
Anhelo de muchos
El investigador Emilio Tenti Fanfani, en su análisis realizado para la Unesco, "La condición docente", registró que el 20% de los 2384 docentes argentinos encuestados anhelan ocupar cargos de dirección y gestión y realizar otras tareas en el ámbito educacional (el 21%).
"Es obvio que el sistema no provee ocasiones de ascenso en cantidad suficiente como para responder a la demanda expresada por los docentes de aula", concluyó Tenti Fanfani.
Para Cristina Carriego, vicedirectora del colegio Pestalozzi y autora de "Los desafíos de la gestión escolar" (su tesis para la maestría en educación con orientación en gestión educativa, de la Universidad de San Andrés), es lícito que los directores quieran retirarse y resguardarse porque dice que desde fuera del colegio pueden aportar otro tipo de cosas que la vorágine de la gestión cotidiana no permite.
Cargos por concurso
Los docentes que aspiran a cargos directivos en escuelas públicas de la ciudad de Buenos Aires deben presentarse a concurso. Si lo ganan pasan a ocupar el puesto jerárquico sin plazo de término.
Para concursar es necesario, según dispone el estatuto del docente, haber aprobado un curso de capacitación en el Centro de Pedagogías de Anticipación (CEPA), ser titular del cargo inmediatamente anterior al vacante desde al menos tres años antes y tener una calificación no inferior a "muy buena" en su desempeño laboral.
El "curso de ascenso" que deben aprobar los candidatos a directivos se dicta en el CEPA y es para cargos de conducción de establecimiento (secretario, vicedirector y director, regente, subrector y rector) y para cargos de supervisión (curriculares, escolares y otros). Son 16 horas cátedra cuyo programa tiene tres ejes: educación en el contexto actual, análisis de problemas institucionales y comprensión de la trama institucional y de problemas de enseñanza y conducción. Una vez aprobados los directores deben participar de reuniones mensuales con colegas de su distrito escolar.
"Estamos estudiando ampliar de dos a cinco tipos de cursos, según los cargos que se concursan, y precisar un puntaje determinado", dijo Analía Segal, directora del CEPA, e informó que desaprueba el curso de ascenso un 25% de los inscriptos.
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